Habíamos paseado por este pueblico precioso del valle ilerdense de Aneu y ellos no podían pasar sin ver románico.
Y en vista de lo cual, tras estudiar y leer a expertos, siempre seguiré preguntándome: ¿Ven lo mismo los ojos que miran lo mismo? ¿Acaso no es cada hombre objeto de diferentes interpretaciones por quienes lo contemplan? Eso es intentar acercarse a comprender el románico: humildad.