Aquí me tienes. Encastrado bajo la portalada de este templo francés que los Caballeros Templarios decidieran construir en 1180 sobre un antiguo lugar galorromano y merovingio dedicado al culto de Mitra y que la Orden dedicaría a San Cristóbal, aquel santo mítico ahistórico y copto que se le adoptó como obispo psicopompo portador pero con la cabeza del perro Anubis, tal y como aparece en los frescos de esta capilla.
Externamente, está construida con ladrillo rojo, rojo templario como sus frescos interiores. No estaba destinada al culto popular sino a los Caballeros del Templo y su viaje iniciático interior.
Tiene tres puertas: frontal al oeste, norte para los Caballeros y la del sur, junto al cementerio. La occidental con un rosetón y culminada con campanario con dos pares de campanas y el vano superior vacío ("el sonido del silencio"). En los lados, hornacinas para nichos con la luna y el sol.
La puerta oeste, enmarcada con crismón sostenido por ángeles.
Interiormente es un rectángulo de 36 metros de largo por 13 de ancho. Se divide en cuatro arcos y el coro. Suelo de proporciones áureas presididas por el número primo 11 realzado en los frescos con 44 unidades, número palindrómico.
A través de esta puerta, se accedía a la Torre Templaria, ático donde se alojaba el Maestre.
Escapó de la destrucción ordenada por la bula "dannatio memoria" del Papa Clemente V porque decidieron cubrir sus misteriosos frescos con otras pinturas de formas geométricas donde la cruz griega es la luz de la Energía, la de San Andrés, la luz Forma, crisol que transforma la materia en su radiación luminosa, Fuego Giratorio que mueve la ruega del presente y pasado como unión de opuestos que dará origen al símbolo templario de la Cruz de las Bienaventuranzas, que aparece presidiendo todos los frescos.
Los capiteles de temas bíblicos también contribuyeron a ello. San Pedro, corte de oreja de Malco, beso de Judas, lapidación de San Esteban, resurrección de Lázaro, Nole me tangere, Anunciación, Visitación, anuncio a José, Nacimiento, Bautismo de Jesús, Epifanía y Virgen reina y madre.
La portada sur, ni columnas ni capiteles. Un "crismón" sumamente curioso en forma de duz con dos pares de medias ondas y cuatro hojas dobles. En el del sur, la Cruz templaria inclinada representando los dos solsticios de los Juanes con referencia al camino solar. En suma, un templo donde la interpretación y sus claves alquímicas, coptas y templarias harán de vuestra visita una delicia y fuente de inspiración..