En pasados artículos se ha hablado de otros autores de terror como Lovecraft, Mary Shelley y Polidori. Sin embargo, queda por hablar aún de otro gran escrito de este género, Edgar A. Poe.
Edgar nació en Baltimore en 1809. Sus padres, David y Elisabeth Poe, eran modestos actores de teatro y él fue el mediado de tres hermanos. Quedó huérfano de padre al poco de nacer, por lo que fue criado por su madre. Ésta dejó a su hijo mayor en casa de unos parientes y se marchó con Edgar al sur para seguir actuando en el teatro. Al poco tiempo nació su hermana, Rosalie.
Elisabeth era una mujer británica distinguida, inteligente y de una belleza misteriosa, casi etérea. Se decía de ella que parecía un espíritu, un elfo. A los tres años de edad el joven Edgar la vio morir de tuberculosis pulmonar. Esta imagen a tan joven edad se le quedó grabada en el inconsciente y dio lugar a esa fascinación por la mujer vinculada a la muerte, que puede verse en algunos de sus relatos.
El joven Edgar se convirtió en el protegido del matrimonio John y Frances Allan, cuyo apellido adaptó como segundo nombre. Le gustaba presentarse haciendo un juego de palabras como “Edgar, a poet”. Los Allan no llegaron nunca a adoptar a Edgar, ya que John tuvo hijos naturales fuera del matrimonio y no quiso perjudicarles.
En su primer enamoramiento, aún adolescente, de “Helen”; Mrs Stanard, se ve que el poeta amaba sólo un ideal inalcanzable. La locura y la muerte de esta mujer marcaron el carácter del joven Poe. Pero aún podía refugiarse en casa de los Allan donde era el niño mimado de Frances, a pesar de los constantes enfrentamientos con su esposo.
En ese tiempo Edgar volvió a enamorarse, esta vez de una joven llamada Sarah Elmira Royster. Los dos jóvenes fueron separados por John Allan que no vio con buenos ojos ese matrimonio. Se encargó de interceptar las cartas del joven Poe, que iba a comenzar ya sus estudios en la Universidad.
Edgar estudió en la universidad de Charlottesville. Fue allí donde entró el alcohol en su vida. Éste surtió un efecto nefasto desde el principio en la vida del joven Poe. Se cree que esto pudo deberse a su hipersensibilidad. Un solo vaso lo llevaba aun estado de hiperlucidez mental, pero con el segundo se hundía en el vacío.
Sus compañeros adinerados llevaban se dedicaban a jugar y a beber, sabiendo que sus padres podrían pagar cualquier deuda. Sin embargo, John Allan se negó a costear este nivel de vida, al que estaba acostumbrado Edgar desde su infancia. La enfermedad de su esposa le permitió ir alejando al joven de sí. Era Frances quien protegía a Edgar, lo quería como a su propio hijo; mientras que su esposo lo veía cada vez más como un obstáculo. Al final se negó a pagar el coste de la Universidad, a pesar de las notas que su protegido sacaba. Edgar tuvo que abandonar los estudios.
Ante esto y el intento de obligarle a dedicarse a las leyes, el joven se marchó de casa. Frances le hizo llegar su baúl y algo de dinero. Con ello se embarcó rumbo a Boston. Se dice que se marchó a Grecia a luchar contra turcos y apareció al cabo del tiempo en San Petersburgo, sin documentos ni dinero. Hoy día se sabe que no salió de Estados Unidos. Sin embargo, consiguió publicar algunos poetas, que no llegaron a venderse. Viéndose en la miseria se alistó en el ejército.
Ingresó en la academia de West Point para conseguir el perdón de John Allan y poder ver así a su “madre”, Frances. Ésta estaba cada vez peor y al poco tiempo murió sin poder despedirse de si hijo adoptivo. La muerte y el amor volvieron a cruzarse en la vida del joven poeta. Dicen que se desmayó en su tumba no pudiendo resistirlo.
Esto echó leña a los problemas en el seno de la familia Allan. El señor Allan chocaba con el temperamento del joven poeta. Éste había reprochado las infidelidades a John Allan en varias ocasiones. Se cree que su protector le replicó por la dudosa paternidad de su hermana pequeña, lo cual supuso una deshonra de la imagen idealizada de su madre carnal.
A esto se unión la muerte no superada de Frances Allan, lo que le llevó a una búsqueda del amor encarnado en una imagen imposible de la mujer. Esta idealización se ve reflejada en su obra. En ella, a pesar de todas las imágenes grotescas y terroríficas, no aparecen goces sensuales. La figura de la mujer tiene siempre una cierta belleza espiritual, a la que hay que adorar como a una diosa. Se muestra un cierto complejo edípico no superado.
Su propio matrimonio es ejemplo de ello. Poe se casó en 1835 con su prima Virginia Clemm, trece años más joven que él. Virginia era una mujer delicada y espiritual, que vino a reencarnar a su madre perdida. Jugó el papel de ésta y también el de hermana, amiga y compañera de juegos infantiles. Sin embargo, se tienen dudas sobre si el matrimonio llegó a consumarse. Parece posible que se quedara en una especie de adoración de ese ideal femenino.
Vivió con su mujer y su suegra durante un tiempo, satisfaciendo de esta forma sus carencias afectivas. Poe ya había conseguido publicar muchos de sus libros. Pero la tuberculosis rompió esa paz y provocó la completa identificación entre Virginia y Elisabeth Arnold, la madre natural de Poe. Esta imagen de la muerta que reaparece en vida, de la rencarnación de la amada es una de las más bellas de sus cuentos, como Ligeia o Berenice. Fue después de la muerte de su esposa cuando Poe cuando ven la luz muchas de las obras más conocidas del autor.
En estas historias se puede ver también el reflejo del folclore del sur de Estados Unidos. Su mammy, una nodriza negra, le debió enseñar las tradiciones y cuentos de la gente de color. A esto se unión las historias de los hombres de mar que acudían a las oficinas de su padrastro. Estas regresarían en algunos de sus cuentos como el Maelström.
Después de la muerte de su mujer Poe, que ya había tenido problemas con la bebida, se hundió más ella. Tuvo varios episodios de delirium tremens hasta que murió en uno de ellos apenas dos años después de enterrar a Virginia, en 1849.
Bibliografía:
Llopis, Raphael, (2013), Historia natural de los cuentos de miedo, Madrid, ed. Fuentetaja.
Julio Cortaza, (1990), Vida de Edgar Allan Poe, Madrid, ed. Alianza.