Es un comic que se aparta de la visión clásica de la rubia y que se carga más al lado Ultimate de Bendis/Bagley; una Gwen desalineada y rebelde. Jason Latour se anima a escribir y reinventar (una vez más) a los personajes característicos de Spider-Man: vemos a Mary Jane, Jameson, el mismo Peter Parker, etc. todo en un ambiente extremadamente juvenil que representa a la perfección a la generación actual, los cuales se encontraran maravillados con los colores neón que pone Rico Renzi a lo largo del comic.
La parte débil viene del mismo lugar donde se situó el número uno (Noir), la carencia de una historia verdaderamente solida. Hay guiños y momentos interesantes, pero no termina por establecerse un punto de partida idóneo. Se siente apresurado, un tanto cortado y mal concluido.
Me gusta su frescura lleno de elementos happy punk y colores atrevidos. El estilo de Robbi Rodriguez es atrevido, quedando un tanto corto en expresiones especificas, pero resalta elementos fundamentales. Su tipo de ilustración de Rodriguez es propositivo pero no sé si es lo que buscábamos los lectores que tenemos el ojo más educado. Para los nuevos seguidores será una maravilla.
El tema de Gwen Stacy es complicado, porque nos empezamos de sobrecargar de ella y este tipo de historias que proponen nuevas y arriesgadas cosas quedan tambaleándose entre la aceptación y el repudio. El mito de Gwendolin empieza a desinflarse y nuevas generaciones ven en ella a su musa arácnida preferida.
Aun quedan por explorar muchas cosas por aquí, pero a mí me genera más dudas que aplausos.
Edge of Spider-Verse 2 concentra sus fortalezas en el drama juvenil de su protagonista, pero Rico Renzi no tiene el tacto para agrandar el mito de Gwen Stacy y tampoco el de Spider-Woman. Funciona más como un experimento visual que va directo al ojo más explosivo y que con frescura, golpea la sensibilidad y problemática de la adolescencia.