¿Usted recuerda esperar la reacción de sus padres al saber sus calificaciones escolares? Para mí no siempre fue una experiencia placentera. En especial porque sabía que no tenía notas altas.
Puedo ver esta expectativa en los ojos de mis hijos cuando regreso de hablar con su maestra. Sus ojos están brillando de emoción o tristes con incertidumbre. Trato de no ser muy duro con ellos por las bajas calificaciones. Quiero que conozcan que les amo a pesar de su resultado.
Muchas veces les pregunto qué sucedería si obtuvieran solo malas notas. Ellos saben la respuesta: Yo aun los amaría, pero su resultado es algo importante para su futuro.
Todos tienen valor e importancia porque somos creados por Dios.
“¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!” (Salmo 139:14). En este versículo el salmista reconoce su valor y alaba a Dios por este hecho. Realmente tenemos valor y no está sujeto a nuestros logros, ya que el amor de Dios es incondicional. Este debe ser el inicio para nuestra autoestima.
Sin embargo, nuestra autoestima es afectada por nuestras acciones. En este sentido, la autoestima es fuerte y basada en la realidad. Contrario a lo que algunos enseñan, la autoestima no es un proyecto para dar buenos sentimientos a los niños. Si ciertas cualidades no están presentes en su vida, una autoestima positiva no va a dar lo que falta instantáneamente. Se trata de la realidad, no de juegos mentales.
Hay una historia sobre una maestra de cuarto grado de escuela, una señora muy preocupada sobre darles una buena autoestima a sus estudiantes. Durante la clase de geografía ella le preguntó a la clase: “¿Cuál es la capital de Egipto?”. Un jovencito levantó su mano entusiasmadamente y dijo confiadamente: “Lima”.
La maestra quedó algo perturbada, pero con la idea de darle animo al pequeño dijo: “Esa es la respuesta correcta, pero para otra pregunta”.
Esta maniobra es un ejemplo de los juegos diseñados para proteger la autoestima. Lo que debió haber dicho la profesora es: “Estás equivocado”. El tema es: Una autoestima realista y positiva como producto de una buena vida.
El libro de Lucas nos da una perspectiva de un niño que vivió bien al describir la niñez de Jesús: “Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente” (Lucas 2:52). Esta frase de la vida de Jesús muestra que vivir bien incluye más de un área.
Varias áreas claves para vivir la buena vida incluye: aptitud social (llevarse bien con otros, sentirse amado y apreciado), aptitud de trabajo (para los niños esto involucra la escuela, pero también incluye habilidades de manejo independiente), aptitud física (habilidades físicas y cuidando del cuerpo) y aptitud de carácter (poder obedecer reglas, esforzarse, tener valentía y preocuparse por otros). Entonces, lo que usted pueda hacer como padre para ayudar a su hijo(a) a ser más capaz en estás áreas va a hacer una mejoría en la autoestima de su niño(a).
En nuestro libro, Magia 1-2-3 para padres cristianos (1-2-3 Magic for Christian Parents), el Dr. Phelan y yo hablamos sobre tres pasos que ayudan a traer una sana autoestima a los niños. El primer paso involucra ayudar a su hijo a aprender a controlar su comportamiento negativo como el quejarse o discutir. Sugerimos un método que lleve a consecuencias consistentes, como enviar al niño a su habitación o quitarle ciertos privilegios.
El segundo paso involucra motivar comportamientos positivos en su hijo. Los niños que aprenden a salir puntualmente de su casa, completar su tarea, alimentar a la mascota, ir a dormir a la hora correspondiente sin que se les diga, empezarán a sentirse bien sobre sí mismos. La independencia crea un sentimiento de orgullo propio.
Finalmente, tenga una buena relación con su hijo. Trabajar en fortalecer esa relación es una parte importante para la aptitud social de la autoestima. Al crecer, sus hijos van a tener que relacionarse más con otros de su edad y adultos también. En su relación con usted, los pequeños reciben su primera experiencia crítica con las formas de relacionarse con alguien más.
Entonces sea recibir las calificaciones o cualquier otra cosa, esté seguro de que su hijo conozca que usted le ama a pesar de sus resultados. Sin embargo, recuerde que la autoestima futura de su hijo será afectado en gran manera por su aptitud. Tome tiempo para ayudarle a desarrollar en estos aspectos. Un día se lo agradecerán.
Escrito por Dr. Thomas W. Phelan y Chris Webb Fuentes: Club 700