Editan en Huelva libro que desentraña la ardiente historia de amor entre la célebre escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda y el terrateniente almonteño Ignacio de Cepeda y Alcalde.
El 1 de febrero de 2019, coincidiendo con el 146 aniversario de la desaparición física de Gertrudis Gómez de Avellaneda, acaecida en 1873 en la ciudad de Madrid, un grupo de exalumnos del IES La Palma del Condado en Huelva y su profesora de Lengua y Literatura nos regalan el resultado final de una larga investigación: la presentación de un libro con todos los datos fruto del agradecido y certero estudio.
Los cuatro alumnos, Aroa García, Santiago Mateo, Lucia Palacio, Águeda Vázquez y su profesora Valle Oso, trabajaron durante más de un año para, finalmente, desentrañar la verdad oculta: aspectos insospechados de la conocida relación epistolar. En primer lugar, se encontraron 15 borradores, inéditos, escritos por Cepeda y dirigidas a Tula, como cariñosamente fue conocida la escritora por sus amigos y familiares. A través de dichas cartas se demostró que, a pesar de su amor inmenso, la relación no fructificó por la tremenda presión social.De la misma manera en el libro se ha hecho justicia a María Rosario de Córdoba y Govantes, esposa de Ignacio de Cepeda, quien entregó a Lorenzo Cruz de Fuente, editor de la primera edición, las epístolas que Tula había enviado a Cepeda. Todo esto cumpliendo con los últimos deseos de su marido en el lecho de muerte. La publicación de aquellas cartas, independientemente del revuelo literario que levantaron alrededor del mundo, no fueron bien recibidas por la timorata sociedad almonteña, que pensó se trataba de cartas de una amante cualquiera, visión errónea que ha llegado hasta nuestros días. La situación dio lugar entonces a que en Almonte le hicieran la vida imposible a Rosario, y esta, al final tuvo que marcharse a vivir con una de sus hijas en Villalba, lugar donde murió y fue enterrada. Gracias a las gestiones del equipo de alumnos y su profesora que hoy presentan el libro, los restos mortales de María Rosario de Córdoba y Govantes, fueron trasladados el año pasado al cementerio de El Pilar en La Palma donde reposan los de su marido. Ahora, juntos, descansan, donde siempre debieron estar.Tula, a pesar de ser la protagonista por excelencia de la relación amorosa, corrió peor suerte en la historia. En 1999 se levantó en Almonte, junto a la Plaza del Cristo, un monumento a la Amadora de Almonte, seudónimo que utilizó la escritora para comunicarse secretamente con su enamorado de entonces. En 2010 el monumento fue derribado, literalmente, por la presión que ejerció sobre el consistorio de la ciudad un grupo de pacatas señoras que, aún a día de hoy, creen que Amadora de Almonte fue una amante cualquiera de Ignacio de Cepeda. La historia ha demostrado lo contrario. El libro lo demuestra.La obra que hoy se presenta en el Ayuntamiento de La Palma del Condado trata sobre todo esto y algo más que no desvelamos para que el lector disfrute un instante de placer literario. El libro se titula: Relación epistolar entre Ignacio de Cepeda y Alcalde y Gertrudis Gómez de Avellaneda: el valor del patrimonio y los prejuicios sociales por encima del amor. Premio Humanitas 2017 para Jóvenes Investigadores, Universidad Pablo de Olavide.
Manuel Lorenzo Abdalahttp://www.ladivinatula.blogspot.com