Edith Stein, una judía en la historia del santoral católico

Por Santos

Pregunta: Hola Meldelen! Tengo una duda con respecto a esta santa, ella fue asesinada por ser judia y no por ser católica, es decir, por cuestión de sangre y no de fe, ¿y no sólo a los que martirizan son por cuestión de fe? (Claro que finalmente tienen la importancia puesto que es un ser humano, independientemente de su credo). Además tubo la infinita paciencia por ser asistente del gran filósofo Edmund Husserl, yo creo que por trabajar con él la llevó a tomar el hábito, era él muy quisquilloso con sus trabajos y hacía que Stein reelaborara muchas veces el mismo ensayo, era muy desesperante su sistema de trabajo. México.

Respuesta: ¿Qué hay? La pregunta que planteas es bastante controvertida para algunos, pero no tengo inconveniente en responderla desde mi propio punto de vista. Edith Stein (en el santoral, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, virgen y mártir, celebrada el 9 de agosto) era como muy bien dices, judía, y durante su primera etapa académica fue discípula de Husserl y se sintió atraída por la fenomenología que éste desarrollaba. En esta etapa, que fue de ateísmo, separada de su religión hebrea originaria, es donde desarrolló su más brillante trayectoria de filósofa y pensadora, realizando grandes aportaciones al mundo académico. Fue en 1922 cuando, siguiendo la estela de algunos compañeros filósofos e inspirada por textos de Santa Teresa de Jesús, se convirtió al catolicismo y posteriormente profesó como religiosa carmelita. Estos cambios de espiritualidad y crecimiento personal que experimentó durante su vida no la llevaron nunca a olvidar ni a renegar de su origen hebreo, del que no se avergonzaba en absoluto.

"Pienso continuamente en la reina Ester, que fue sacada de su pueblo para dar cuenta ante el rey. Yo soy una pequeña y débil Ester, pero el Rey que me ha elegido es infinitamente grande y misericordioso. Esto es un gran consuelo "
(31.10.1938)

Y en su obra “De la familía judía” decía: "Deseo narrar simplemente lo que he experimentado al ser hebrea". Ante "la juventud que hoy es educada desde la más tierna edad en el odio a los judíos..., nosotros, que hemos sido educados en la comunidad hebrea, tenemos el deber de dar testimonio”. Y de sobra es conocida la carta que dirigió al papa Pío XII, denunciado la persecución nazi del pueblo hebreo –y de los católicos, hebreos o no- y pidiéndole que tomara posición frente a ello.

El 2 de agosto de 1942 Edith y su hermana Rose Stein, ambas hebreas convertidas al catolicismo y carmelitas, son detenidas por la Gestapo. No fueron las únicas, muchos otros judíos convertidos fueron detenidos y deportados al campo de concentración de Westernbrook. Pero no se debía tan sólo a su origen judío, que también. La medida fue un acto de venganza por el comunicado de protesta que habían emitido los obispos católicos de los Países Bajos por las matanzas y deportaciones de judíos. Ante el desespero de su hermana Rose, son notables las palabras de Edith, quien la cogió de la mano y le dijo: “Ven, vamos con nuestra gente”.

Las dos religiosas, junto con muchos otros de los suyos, fueron gaseadas el 9 de agosto de 1942 en Auschwitz. Aunque el factor hebreo no se puede descartar, porque era esencial e importante incluso para la propia Edith, es evidente que el hecho de su conversión al catolicismo y su misma vida consagrada también tuvo que ver. Es decir, su ajusticiamento fue un acto de represalia, que posiblemente se habría evitado ya que los judíos conversos no estaban tan en el punto de mira de los exterminadores como lo podían estar el resto de la población hebrea. En ese sentido su identidad de mártir, la realidad de su martirio y su canonización aunan en una misma causa su identidad de judía perseguida por su origen y de católica perseguida por su fe. No se trata simplemente de una cuestión de sangre. Y para completar esto basta con las palabras de Juan Pablo II en la homilía de su canonización, que la describió  como "una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo".

(No sé si he contestado a tu pregunta: a los que “martirizan”, me imagino que te refieres, a los que la Iglesia canoniza como mártires, son por diversas cuestiones, una de ellas el odio a la fe-odium fidei-; es el caso de Edith Stein y no se debe tan sólo a su origen hebreo, como te he dicho, tal dato no está entre las causas de martirio. Hay otras causas pero a eso le podríamos dedicar un artículo aparte, por no alargar mas éste).

Meldelen

Impresionante.

Ramón