Ya lo decía Quevedo: "El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos", y así nos fue a muchos cuando el 25 de Enero pegamos las narices a la pantalla para conocer las nominaciones a la próxima entrega de la Academia. No es que esas nominaciones hayan sido una gran sorpresa, las cartas estaban casi puestas sobre la mesa pero sí hubo unas cuantas incongruencias contra las que ahora puedo despotricar una vez pasado ya el enojo primero.Pero antes de ponerse con esta cuestión vamos a aclarar unos cuantos puntos necesarios que hacen a la reflexión general y para completar todo lo que aquí se diga, los invito a leer un magnífico artículo que se mandó Dialoguista sobre esta cuestión de los premios.
¿Qué es una buena película?
¡Aha! no es tan simple responder. Cierta vez tiré esta incógnita vía facebook y cada uno tenía su propia visión del asunto. Para llegar más lejos uno cuenta con infinidad de bibliografía al respecto, de hecho esa pregunta la lancé porque estaba leyendo el libro del mismo nombre de Laurent Jullier. Y como no es tan simple la respuesta es que aprovecho para reafirmar lo que siempre digo: calificar con nota una película es lo peor que me toca hacer en esta vida, porque al fin y al cabo ¿qué denota la nota? (valga el versito). ¿Un film es bueno y recomendable desde el 6? ¿desde el 5 porque va mitad y mitad? ¿de 7 para arriba como un examen normal de colegio?. Todo depende de quién califica, de las nor
Y ahora se los planteo al revés. ¿Qué pasa si uno fuera a un concierto donde la banda u orquesta no tuvo su mejor performance pero nosotros la pasamos de maravillas y hasta nos emocionamos con unos cuantos momentos del repertorio?, lo más probable es que salgamos encantados de la experiencia y la recomendemos. Lo mismo a la inversa. Acá es donde la maravilla del arte se manifiesta porque lo que hoy me fascinó, mañana me puede parecer chabacano y lo que hoy me parece así, mañana me deja extasiada. Por eso cuando yo califico un film lo hago basandome no en algo prefesional- porque para ello tendría que saber de cine bastante- tampoco desde una visión global del asunto sino como un medio para que el lector sepa en qué grado me ha gustado un film, con qué grado he salido satisfecha del visionado y hasta qué punto me ha parecido buena o no. Para todo lo demás habría que leer la reseña. Y por eso hablo de reseñas o críticas (que es una palabra que no me gusta, pero en fin) porque un análisis debería hacerlo luego de una serie estimable de visionados donde pueda ver en detalle diferentes aspectos. Y así y todo a mí, personalmente la palabra análisis me suena a algo más bien puntual. Uno analiza la música, la puesta en escena, la actuación, el guión.
¿Qué premian los que premian?
¡Resumi piba que me aburro!
Es evidente para muchos que la Academia tiene ciertas actitudes que se repite
Asique, queridos lectores, no existe tal cosa como la objetividad en el mundo del cine. Todo es verso, créanme. Las cosas se hacen y deshacen a gusto y placer de quien ejerce su lugar: el espectador en la butaca, el productor con su chequera, el distribuidor en su mercado, el crítico con su artículo y el miembro de la academia con su voto. Por eso se generan odios y amores, por eso se arman las discusiones y por eso amo el cine. Porque después de todo, como dijera R. Tagore: " El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen".
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