Edmund kemper: el ogro de santa cruz

Publicado el 10 noviembre 2015 por Orlok @afriasangre
Nacido el 18 de diciembre de 1948, Ed fue siempre un niño brillante pero problemático a la misma vez, al que gustaba torturar y matar animales y realizar juegos macabros. Por si eso fuera poco, su madre -la cual se sospecha que tenía un trastorno límite de la personalidad- lo maltrató psicológicamente. Le obligaba a dormir en el sótano de la casa por temor a que abusara sexualmente de sus hermanas.
En su adolescencia Ed se fue a vivir con sus abuelos en la Navidad de 1963. Su abuelo le regaló un rifle –algo muy común entre la sociedad estadounidense- calibre 22 para cazar animales, aunque le prohibieron matar pájaros. El 27 de agosto de 1964, cuando contaba 15 años de edad, mató a su abuela. Mientras se encontraba sentada en la cocina, le descerrajó un tiro en la nuca. Esperó a que su abuelo regresara a casa después de realizar unas compras, para acabar matándolo, al igual que a su abuela, de un disparo en la nuca. Seguidamente llamó a su madre y le explicó lo sucedido. 
El 6 de diciembre de 1964 fue encerrado en el hospital psiquiátrico de Atascadero. Una de las pruebas que le realizaron determinaron que tenía un cociente intelectual de 136. Allí tuvo un buen comportamiento y su madre convenció a las instituciones judiciales para que lo liberaran, en contra de la opinión de muchos médicos. Antes de cumplir los cinco años de internamiento, salió en libertad. No sólo se había hecho adulto, sino que su porte físico imponía, con 2,06 metros de altura y 140 kg. de peso.
EL DESPERTAR DE LA BESTIA
Kemper viviría a partir de entonces con su madre en Santa Cruz (California). Las broncas y los menosprecios no tardaron en llegar y el joven Ed pasaba muchas horas en un bar frecuentado por policías fuera de servicio, con los que tenía largas conversaciones sobre armas. A él le hubiera gustado ser policía pero sobrepasaba el límite de altura permitido y no pudo entrar en ningún cuerpo de seguridad.
Después de trabajar en varios lugares, consiguió un puesto de obrero en la División de Carreteras, lo que le permitió independizarse, aunque su madre continuaba despreciándole. Cuando se lo pudo permitir, se compró un coche.
Edmund comenzó a recoger autoestopistas femeninas. Estudió la forma en que reaccionaban ante él. Aprendió como ganarse su confianza. Pero en secreto tenía sus fantasías violentas, imaginando lo que haría con ellas una vez las secuestrara. Para cumplir sus planes, equipó el coche con bolsas de plástico, cuchillos, pistolas y una manta. Además bloqueó la puerta del acompañante para que no pudiera abrirse desde dentro. El coche del terror estaba preparado.
El 7 de mayo de 1972 escogió a sus primeras víctimas. Mary Ann Pesce y Anita Luchessa, dos jóvenes de 18 años que se encontraban haciendo autostop en una carretera de Berkeley. Se subieron al vehículo de Kemper. En una zona aislada y boscosa las mató a puñaladas y las decapitó. Llevó el cuerpo de Mary Ann a su apartamento, lo desnudó y disecó. Conservó ambas cabezas un tiempo hasta que se cansó. Mary Ann fue encontrada meses después tirada en un barranco. El cuerpo y la cabeza de Anita nunca fue encontrado.
El 14 de septiembre de 1972, Kemper recogió a otra chica en la carretera. Aiko Koo, una adolescente de 15 años de edad fue su siguiente víctima. La asfixió y la violó. Guardó el cuerpo en el maletero y la llevó al apartamento, donde le hizo lo mismo que a las anteriores chicas.
El 8 de enero de 1973 se subió a su vehículo Cindy Schall. A ella la mató de un disparo en la cabeza y llevó el cuerpo a casa de su madre –con la que volvía a convivir de nuevo-. Le quitó la bala del cráneo y enterró la cabeza en el patio. Después, como en las ocasiones anteriores transportó el cuerpo y lo arrojó por un barranco.
El 5 de febrero de 1973 volvió a asesinar a dos chicas. Las víctimas fueron Rosalind Thorpe, a quien recogió primero y después a Alice Liu, a las que mató a tiros una vez subieron al coche. Decapitó los cuerpos y guardó los restos en el maletero. A la mañana siguiente practicó la necrofilia con el cuerpo de Alice. Después se deshizo de los restos, lejos de Santa Cruz.
A las 5:15 horas de la mañana, del 21 de abril de 1973, Kemper mató a su propia madre, Clarnell Strandberg de un martillazo mientras dormía. Seguidamente le cortó la garganta y le extrajo las cuerdas vocales para decapitarla después, utilizando su cabeza como diana mientras le tiraba unos dardos. Finalmente, metió el cuerpo en un armario. Por la tarde llamó a una amiga de su madre, Sally Hallett a la que invitó a cenar, con el pretexto de que le había preparado una sorpresa a su madre. Cuando la mujer acudió al apartamento, la estranguló.

Ficha policial de Edmund Kemper (28-04-1973)
Santa Cruz County Sheriff's Office

CONFESIÓN Y CONDENA
Tras el crimen de Sally Hallett, Kemper huyó a Pueblo (Colorado). Allí, ante el temor de ser descubierto, llamó a la policía de Santa Cruz para confesar los crímenes. En un primer momento, los oficiales a los que conocía, no creían lo que estaban oyendo. Una vez detenido relató tan explícita y detalladamente los ocho asesinatos que dejó a su abogado sin estrategia para su defensa. La única opción era que se le declarara demente, aunque no sirvió. Fue condenado a cadena perpetua en noviembre de 1973, pena que cumple actualmente en la prisión de Vacaville (California).