Posteriormente intervino en la comedia “Cha-cha-chá” (1998), de Antonio del Real y en “Nadie conoce a nadie” (1999), de Mateo Gil, quien hasta ese momento solo había ejercido su faceta de guionista. Ya en el nuevo milenio formó parte del elenco de “Plata quemada” (2000), de Marcelo Piñeyro, “El espinazo del diablo” (2001), de Guillermo del Toro, “Guerreros” (2002), de Daniel Calparsoro y “El lobo” (2004), de Miguel Courtois, por cuya interpretación obtuvo su segunda nominación a los Goya.
Repitió de nuevo con Piñeyro en “El método” (2005) y rodó “Alatriste” (2006), de Agustín Díaz Yanes, “Transsiberian” (2008), de Brad Anderson, “En el punto de mira” (2008), de Pete Travis, “Blackthorn: Sin destino” (2011), de nuevo con Mateo Gil, esta vez en labores de dirección.
En su etapa más reciente figuran “Una pistola en cada mano” (2012), de Cesc Gay, “El último desafío” (2013), de Jee-woon Kim, “Los miércoles no existen” (2015), de Peris Romano, “Nuestros amantes” (2016), de Miguel Ángel Lamata y “Perfectos desconocidos” (2017), de Alex de la Iglesia.
Escena de "Tesis"
Escena de "Abre los ojos"