La preocupación de los funcionarios de cultura y de la UNEAC, por los contenidos ideológicamente nocivos del Paquete genera a la vez cierta preocupación en mí. No soy una asidua consumidora, ni del Paquete ni de la televisión, pero de soslayo, de refilón, oblicuamente, un vistazo al panorama me hace albergar serias dudas de la munición con que cuentan los organismos cubanos para contrarrestar el fuego graneado del paquete audiovisual.
¿Pretenden educar con una telenovela al estilo de Avenida Brasil, donde la clase media emergente no asocia prosperidad económica con buen gusto y buenos modales; o por el contrario, Paraíso Tropical que se emite en este momento se considera el modelo?
¿Acaso apuestan por las telenovelas cubanas, rechazadas por “feas” cuando presentan la realidad actual o etiquetadas como “ciencia ficción” cuando edulcoran esa misma realidad?,
¿Las novedosas telenovelas surcoreanas, donde nada es feo y todos son tontos, tendrán algún alto contenido que escapa a mi comprensión?
¿Piensan eliminar de la programación una buena parte de los musicales donde la banalidad, la chabacanería, el sexismo y el mal gusto ejercen un magnetismo sobre los realizadores y músicos a partes iguales?
¿La educación vendrá de la mano de los programas con entrevistador y entrevistado(s), lo mismo sea para hablar de política, adicciones, farándula o servicios?
¿La educación cinematográfica apostará a trastocar el perfil de sus programas, convirtiendo (ya) La Película del Sábado en una versión de la Tanda del Domingo y a Cine de Medianoche en reposiciones clase B?
Todo eso me hace dudar si realmente a los funcionarios les preocupa la calidad tanto como que el Paquete se desdobla una y otra vez sin supervisión estatal. ¡Nah! No importa cuántos operativos lleven a cabo; como la Hidra, por cada distribuidor eliminado, surgen dos. Y si los contenidos con que piensan contrarrestar este fenómeno son los esbozados allá arriba u otros del mismo corte; la educación ciudadana seguirá al pairo, pero el Paquete, donde cada cual escoge lo que le da la gana, tiene su triunfo garantizado.