Pensamos que en la escuela los niños sólo deben aprender asignaturas de corte académico como matemáticas, historia, inglés, etc. Asignaturas muy importantes sin ninguna duda, ¿Y aprenden nuestros niños como gestionar sus emociones?.
Educación emocional
Las emociones negativas interfieren en el aprendizaje de los niños. La ciencia está corroborando que el aprendizaje de la gestión de emociones debe ir antes que la gestión de contenidos académicos. En concreto, la gestión de emociones negativas.
Enseñar habilidades sociales y emocionales desde los 5 años los vuelve más cívicos y mejores estudiantes.
Sin duda una de las carencias de nuestro sistema educativo es la educación emocional. ¿De qué nos sirve desarrollar su inteligencia y llenarles la cabeza de información sin desarrollar ninguna cualidad humana?. Si no saben gestionar un fracaso, gestionar el divorcio de sus padres, o cualquier otro problema que puedan encontrarse en su desarrollo, de nada servirá su capacidad intelectual.Es necesario un cambio radical en las escuelas, incluyendo el aprendizaje social y emocional.
Inteligencia Emocional
Daniel Goleman, psicólogo norteamericano, la define: “es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, empatía, etc. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”.
Si no disponemos de una adecuada inteligencia emocional tendremos problemas en nuestra vida. Como trastornos alimenticios, depresión, delincuencia, agresividad, etc.
La gestión de las emociones debería formar parte del plan de estudios de cualquier escuela.
Habilidades emocionales
Las habilidades emocionales nos hacen más humanos y en muchas ocasiones constituyen una base para el despliegue de otras habilidades que asociamos con nuestra capacidad intelectual.
Muchas de las habilidades nos permiten llevar una vida equilibrada, nos exigen permanecer en contacto con nuestras propias emociones.
Una persona que no tiene control sobre sus propias emociones puede ser víctima de un arrebato emocional que le impida concentrarse, recordar, aprender y tomar decisiones.
Algunas habilidades importantes serían la autoestima, el autocontrol, el entusiasmo, todas ellas muy importantes para la vida de una persona.
" Debemos aprender a gestionar nuestras propias emociones, sin reprimirlas, sin dejarnos que nos tomen de rehenes". Eduard Punset.