El autor se pregunta ¿Para qué estamos educando?, ¿para adquirir conocimientos?, ¿para formar buenos técnicos y profesionales?, ¿para educar ciudadanos para la convivencia? Resultan importantes estos cuestionamientos, para la búsqueda de la Calidad Educativa
Abordar el tema de la educación emocional significa replantearse la finalidad de la educación. ¿Para qué estamos educando?, ¿para adquirir conocimientos?, ¿para formar buenos técnicos y profesionales?, ¿para educar ciudadanos para la convivencia? Todo esto es importante y necesario: son elementos esenciales de la finalidad de la educación. Pero todo ello se justifica en la medida que puede servir al bienestar personal y social.
Consideramos oportuno proponer que la educación del futuro se oriente a la construcción del bienestar. Pero hay muchas formas de entender el bienestar. Poner a disposición de la ciudadanía los resultados de las investigaciones científicas sobre el bienestar puede ser una estrategia de contribuir mejor a este objetivo.
El bienestar emocional es la conceptualización del bienestar que más se aproxima a la felicidad que prácticamente todas las personas están buscando, aunque no siempre sean conscientes de ello.
La educación emocional tiene como objetivo desarrollar competencias que favorezcan la construcción del bienestar emocional. Estas competencias no están contempladas en ninguna de las áreas académicas ordinarias. Pero consideramos que una educación para la vida, que pretenda responder a las necesidades sociales actuales y futuras, debería incluirlas como elementos básicos de la educación.
La educación emocional tiene un espacio idóneo para su puesta en práctica en la acción tutorial. Pero no debería limitarse a la hora semanal de tutoría, sino que debería ser considerada como un eje transversal que está presente a través de todas las materias y a lo largo de todos los cursos. Hay que reconocer que esto es un desiderátum difícil de lograr; como mínimo en un tiempo breve. Por esto hay que pensar en fases intermedias que pasan por la integración curricular en diversas áreas académicas en las cuales hay un profesorado que se considere implicado y formado para introducirlo en su materia. Estos son los aspectos esenciales que nos proponemos exponer en este espacio con los siguientes objetivos: contribuir a sensibilizar al profesorado y a la sociedad en general de la importancia y necesidad de la educación emocional; repensar la educación para reorientarla hacia la construcción del bienestar; impulsar la implicación de todo el profesorado en este proyecto; lo cual supone contemplar el horizonte de la transversalidad.
Consideramos apropiado insistir en estos enfoques para contribuir a un general conocimiento y sensibilización para estimular la puesta en práctica de la educación emocional.
Justificación, importancia y necesidad de la educación emocional La educación emocional solamente se va a desarrollar a partir de una convicción por parte de las personas que la tienen que poner en práctica. En este apartado se pretende aportar argumentos sobre su necesidad e importancia de tal forma que quede sobradamente justificada su puesta en práctica.
Las estadísticas sobre incidencia y prevalencia de ansiedad, estrés, depresión, consumo de drogas, violencia de género, suicidios, etc., es realmente preocupante. Todo esto son necesidades sociales que no quedan suficientemente atendidas a través de las áreas académicas ordinarias. Pensemos por un momento ¿las materias ordinarias (matemáticas, ciencias naturales, lenguaje, etc.) son un factor de prevención, por ejemplo de la ansiedad, estrés y depresión? Algunos probablemente opinen que son más bien un factor de predisposición. Hay evidencias de que la principal causa de baja laboral son de carácter psicosocial, relacionado con los estados emocionales. Esto es particularmente cierto en el mundo educativo. También se observa un abuso de sustancias, baja tolerancia a la frustración, incapacidad para regular la ira en situaciones de conflicto, actos violentos, maltrato, etc. En todos estos casos, la importancia de las emociones es evidente.
Adquirir competencias emocionales favorece las relaciones sociales e interpersonales, facilita la resolución positiva de conflictos, favorece la salud física y mental, y además contribuye a mejorar el rendimiento académico.
En resumen, muchos problemas sociales y personales son una manifestación del analfabetismo emocional. El desarrollo de competencias emocionales a través de la educación emocional puede representar una mejora que afecta positivamente a múltiples aspectos de la vida.
Extraído de Consideraciones sobre educación emocional, transversalidad y bienestar Rafael Bisquerra Alzina