Los jueces del Supremo se atienen a la ley y, basándose en ella, dictan sus resoluciones. El “quid” de la cuestión, no obstante, no ha sido dirimido por cuanto está pendiente de que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso interpuesto por el Gobierno andaluz contra la reforma educativa impulsada por el exministro José Ignacio Wert, de nefasto recuerdo, con su LOMCE, ley sectaria que, entre otras barbaridades, blinda las subvenciones públicas a estos centros que “encorsetan” a sus alumnos por razón de sexo. En esa ley se establece que la educación diferenciada no podrá implicar, en ningún caso, una desventaja a la hora de suscribir conciertos. Es decir, la ley de Wert se anticipa a toda resolución judicial para dejar “atada y bien atada” la financiación pública de los centros que apuestan por un modelo de educación que separa a los alumnos por sexo. Algo que resulta, en principio, de una parcialidad rayana en la discriminación.
El asunto, más que educativo, es ideológico por ambas partes. La Juntadefiende un modelo educativo mixto que responda a un concepto de sociedad igualitaria y diversa, como reconoce la propia consejera de Educación andaluza. Y los defensores de la educación diferenciada exigen el respeto al derecho de los padres a que sus hijos “reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.No en vano la mayoría de los centros que en España separan a sus alumnos por sexo están vinculados al ala más conservadora de la iglesia Católica, en especial el Opus Dei. Incluso se da la circunstancia que un ponente de la sentencia pertenece a esta organización religiosa y no niega su perfil ultraconservador.
Pero para los partidarios de la educación diferenciada, ésta favorece la identificación sexual de los alumnos y el aprovechamiento escolar, puesto que existen asignaturas que se le dan mejor a las niñas y otras a los niños, según María Calvo, presidenta en España de la asociación europea de educación diferenciada (EASSE). Aunque no hay evidencia científica, estiman que existe un distinto proceso de maduración en niños y niñas, lo que se refleja en que, académicamente, estos centros ofrecen mejores resultados en las evaluaciones diagnósticas.