¿Educación o venganza?

Por Zulema @MamaEsBloguera

Ayer revisando mi facebook vi que compartían una noticia con este titular.

Insultó a su maestra por Twitter y en el salón de clases la maestra le dio su merecido

Obviamente me picó la curiosidad y entré a ver de qué iba ese “merecido”:

Me quedé sencillamente sin palabras en ese instante y con algo de tristeza. Tristeza de que se haya perdido una oportunidad de educar tan buena como la que tenía entre manos en ese instante, y que su lastre personal no le dejó ver. Por algún extraño motivo, el acto de la niña despertó una ira para mí desproporcionada en esa profesora.

El enfoque inicial de la clase fue genial, hablando de competencias y valores. En ese instante pensé que esa profesora realmente iba a dejar una buena enseñanza en ese aula, además, con un tema tan importante y tan de moda en los adolescentes, las redes sociales. Una temática que claramente iba a captar la atención del alumnado, donde estarían motivados, y un acto reprobable ideal para explicar las consecuencias y el daño real que se puede causar. Pero no fue lo que sucedió. A pesar de la gran razón de esta profesora en muchas de sus palabras, sus actos decían todo lo contrario. Bien se dice que al perder las formas muchas veces podemos llegar a perder la razón.

Como decía, lo que pudo ser una clase magistral en valores y redes sociales para estos chicos, sólo quedó en una venganza pública. Una venganza ejercida desde un rol de profesor, y con una notable diferencia de edad que debería otorgarle una superioridad moral, pero no lo consigue. No lo consigue por el simple hecho de que esta profesora ha actuado exactamente igual que la adolescente. La ha humillado públicamente, pidiendo además que se grabara para posteriormente difundir (que haya difundido ella o no la finalidad está muy clara, de otra forma no era necesaria esta grabación), ¿qué la hace mejor o superior a la estudiante? ¿se puede educar diciendo una cosa, y actuando de forma contraria?

El mensaje que realmente ha quedado a estos chicos es que la humillación pública sí es válida. Y no señora no lo es. Por supuesto que esa niña no tenía derecho de faltar al respeto de esa forma y mucho menos públicamente en una red social, pero un profesor tampoco tiene el derecho de usar su rol para humillar y una vez más, difundir. Como adultos y educadores debemos saber bien en qué dirección queremos ir, qué queremos enseñar y actuar en consecuencia a ello.

En su clase de “valores” a esta profesora claramente se le pasó por alto enseñar el perdón. Se le olvidó mostrar que cuando una persona reconoce y admite que se ha equivocado, que lo hizo en un momento de enfado y está arrepentida, también podemos barajar la opción de perdonar. Sin embargo esta profesora opta por la amenaza, lo cual dice mucho de ella.

Como adultos que somos, cuando tratemos de dar “clases magistrales” a los pequeños, porque nuestra experiencia nos lo permita, debemos asegurarnos que sea realmente educativa y no por vengarnos de un niño, que sea para hacerles comprender y que entiendan la importancia de lo que les decimos. Vamos a asegurarnos de dejar una buena enseñanza y no terminar actuando como ellos por perder los estribos.