Mariano Rajoy había prometido eliminar Educación para la Ciudadanía (EpC) por ser una asignatura que le roba tiempo a matemáticas o lengua, y porque impone la religión postsocialista del seamos pacíficos, floroamantes, vegetarianos, cantantes del kumbayá y alegres fornicadores.
Pero Rajoy la sustituye por otra asignatura, Educación Cívica y Constitucional (ECC), que será como EpC, aunque sin tanto culto de género al tálamo político-sexual del paraíso laico socialdemócrata. Digamos que será una EpC, o Educación para la Castidad.
El PP decía que las enseñanzas sobre la Constitución deberían ser transversales entre distintas materias, y añadía que para conocer los deberes individuales, de los que no hablaba el zapaterismo, y los derechos, que los multiplicaba, estaban las clases de ciencias sociales o de los demás títulos difusos de la LOGSE, como “Conocimiento del medio”.
Por otra parte, la EpC zapateril estaba convirtiéndose en una María. Los alumnos sabían más que esos catecismos de beatería gochista que presentan a Fidel Castro como progresista y llaman explotadores imperialistas del tercer mundo a los países ricos: la Formación del Espíritu Nacional falangista era igualmente antioccidental, la vida sigue igual.
Ahora, y como los populares aceptan subconscientemente la idea de que la educación y la cultura son responsabilidad y patrimonio socialista, le proponen pactos educativos al PSOE.
Para lograrlos están dispuestos a cambiar levemente los planes de estudio actuales, que hicieron de tantos aspirantes a bachilleres españoles los mayores fracasados de Europa y de gran parte del mundo.
Viene Rajoy a poner tiritas, y para ello rompe sus promesas, como lo demuestra esa nueva asignatura elaborada para que chicos y chicas sigan adoctrinándose igual en la teoría de género, aunque, como recomienda la iglesia católica, fornicando y abortando algo menos que con Z.
Sacarán otra LOGSE. Seguramente se distinguirá en que pedirá mayor EpC, o castidad juvenil.
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SALAS