Educación sexual integral: aprender sobre sexo de forma global

Por Achristin

 El objetivo de la Educación Sexual Integral (ESI) es dejar atrás la enseñanza preventiva y pasar a una educación completa, global y transversal sobre la sexualidad.


La Educación Sexual Integral (ESI) es la enseñanza de la totalidad de los diferentes aspectos de la sexualidad: psicológicos, físicos, emocionales y sociales. El objetivo, según la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es el aprendizaje transversal de conocimientos basados en datos empíricos, habilidades, actitudes y valores para que todo el mundo pueda disfrutar de una sexualidad sana, digna y basada en el respeto.

Mediante la aportación de información veraz, democrática, transversal y multidisciplinar se pretende educar en sexualidad en un sentido amplio. Para ello, se necesita pasar de una educación prevencioncista, basada en las infecciones de transmisión sexual (conocidas como ITS), en los embarazos no deseados, en la reproducción y en el aspecto médico, a un planteamiento inclusivo, que tenga en cuenta las diversidades sexuales y afectivas y el placer sexual.

Educación integral: de preescolar a bachillerato

La sexualidad existe incluso antes de que nazcamos. En el feto se asigna el género y la proyección de los progenitores, e incluso el nombre, se deciden antes de que lleguemos a este mundo. Luego, en los primeros años de vida vivimos nuestro despertar sexual. Durante nuestra infancia nos desarrollamos como seres sexuales que somos, por ejemplo, con la actividad masturbatoria, es decir, tocarse para darse placer a uno mismo.

Pero es durante la pubertad que los comportamientos sexuales pasan a tener un fin de disfrute erótico y socializamos con otras personas a través de nuestra sexualidad. Según el libro ¡Entérate!, escrito por Platanomelón, es en esta etapa vital cuando empezamos a perfilar nuestro autoconcepto sexual –la identidad de género, la orientación sexual, la expresión de género, etc-. Cómo nos definimos generará un sentimiento de pertenencia y comunidad. Además, nos iniciamos en la expresión de nuestro interés erótico y/o afectivo hacia otras personas y, con ello, la necesidad de establecer relaciones sexuales y/o románticas.

Por todo ello, la ESI apuesta por empezar con la educación sexual desde preescolar. La variedad de temas a tratar en los años de infancia a la adolescencia cubre desde el desarrollo humano (reproducción, pubertad, orientación sexual e identidad de género) a las relaciones con las personas que nos rodean (familiares, de amistad y amorosas) y las herramientas personales (comunicación, negociación y toma de decisiones).

Además, según la organización de servicios de salud reproductiva Planned Parenthood, la ESI está formada por: el comportamiento sexual (la sexualidad y la abstinencia –la continencia de la actividad sexual- a lo largo de la vida), la salud sexual (infecciones de transmisión sexual, anticonceptivos y embarazo) y la faceta social y cultural (roles de género, diversidad y sexualidad en los medios).

La ESI en España y el resto del mundo

Para que la educación sexual sea integral, no solo necesita ser veraz, científica, democrática y centrada en el bienestar y en el placer, sino que los gobiernos tienen que garantizarla en todas las esferas de la población, especialmente entre los jóvenes y en el sector educativo. Sin embargo, no todos los países cubren esta asignatura de forma sobresaliente.

De hecho, España suspende en este aspecto ya que sigue siendo uno de los países de la Unión Europea (UE) en el que la ESI no se trabaja de manera centralizada y sistémica, sino que depende de los recursos de cada región o territorio. Aunque el país sí cuenta con una educación sexual, esta está centrada en la prevención y alejada de la integralidad. Es por ello que la mitad de los jóvenes acude a la pornografía para aprender sobre sexo y el otro 50% utiliza como fuente de información principal a sus amigos, según un estudio de la ONG Save the Children.

Esta realidad ignora las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), promulgadas desde 2002, de iniciar programas de educación en edades tempranas. Además, según varias organizaciones, incurriría en una violación de los derechos sexuales y, por tanto, de los derechos humanos.

No obstante, algunas Comunidades Autónomas están avanzando en la dirección que marca la ESI. La nueva ley educativa LOMLOE, aprobada en diciembre de 2020, incluye una apuesta por fomentar la educación afectivo-sexual desde primaria.

En comparación con otros países del entorno, Suecia se encuentra entre los pioneros de la Unión Europea. Desde 1955, la asignatura de educación sexual es obligatoria en los centros escolares. El resto de países escandinavos y de Europa occidental siguieron el ejemplo de su país vecino dos décadas después. Así, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Islandia, Alemania, Austria, Luxemburgo, la República Checa y Hungría también añadieron la materia a sus planes de estudios. En los años 90, Grecia, Francia, Bélgica, Eslovaquia, Portugal e Irlanda incluyeron la asignatura como obligatoria en sus leyes educativas.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20210217/6244493/educacion-sexual-integral-aprender-sobre-sexo-forma-global.html