Para los infantes cubanos estos privilegios forman parte de su cotidianidad. Así crecen ellos seguros y protegidos disfrutando, junto a sus familias, la felicidad de vivir en una sociedad como la nuestra que les asegura el pleno desarrollo de sus potencialidades físicas e intelectuales y el goce espiritual.
Hoy comparto con ustedes estas imágenes tomadas en Guáimaro y este pensamiento del Héroe Nacional de Cuba José Martí: “… La educación es como un árbol: se siembra una semilla y se abre en muchas ramas. Sea la gratitud del pueblo que se educa árbol protector, en las tempestades y las lluvias, de los hombres que hoy les hacen tanto bien. Hombres recogerá quien siembre escuelas”.