¿Que hay miserables que intentan aprovecharse y obtener beneficios de esta situación? Por supuesto. ¿Que hay irresponsables que desoyen de forma intencionada las medidas preventivas marcadas por los principales organismos? También. Pero también nos debemos centrar en todos aquellos individuos que, haciendo acopio de resiliencia, generosidad, esfuerzo y sentido de la responsabilidad, luchan cada día al lado de los más vulnerables.
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Y en eso, las educadoras sociales, somos expertas. Cuando escogemos esta profesión sabemos que si salimos en los medios no será buena señal, no nos aplaudirán después de un buen trabajo, los esfuerzos titánicos y las frustraciones nos la llevaremos con nosotras sin que apenas nadie las perciba, recibiremos de algunas personas actitudes prepotentes y hasta muchos de nuestros usuarios nos lo pondrán difícil.Contamos con medios precarios, convenios insuficientes, ingresos dependientes de subvenciones y ayudas de terceros, inestabilidad laboral... pero seguimos al pie del cañón sean cuales sean las circunstancias. Cuando las cosas van mal (y estos días son un clarísimo ejemplo), la educación social se vuelca en seguir atendiendo a sus usuarios aún a riesgo de infectarse. Seguimos reclamando nuestro sitio en la sociedad en igualdad de condiciones que otras profesiones, con unas condiciones de trabajo dignas, pero en estos momentos, lo importante es proteger a los más vulnerables y eso pasa, también, por protegernos a nosotros mismos y no ser foco de contagio. Hacemos un llamamiento para atender como es debido a los internos de los CIE's, a los niños/as que conviven en Centros Residenciales, a los que cumplen condena, a la gente mayor en las residencias de ancianos, a los no acompañados, a los dependientes, a todas las personas que duermen en la calle (la paradoja de tener que estar confinado sin tener un techo es rocambolesca) y, por ende, a todos los profesionales implicados.Que estos días nos sirvan de reflexión, crítica, autocrítica y aprendizaje, pero no solo de lo egoístas que podemos llegar a ser algunos (que también) sino de los retazos de humanidad que afloran cuando nos sentimos amenazados como sociedad.Y que cuando el COVID-19 forme parte del pasado, seguirán existiendo los colectivos que volverán a ser invisibilizados pero, una vez más, tendrán a la Educación Social siempre de su lado.