Educaciones viables

Por David Porcel
La vida conectada no es una forma de vivir sino de no vivir, pues entre clics, likes y apps uno deja de ocuparse de las cosas y con los otros. Ya no está ahí la mirada que nos dice que lo ha entendido, la mano necesitada de ser tocada, el abrigo en un día de lluvia. La conexión no es un tipo de contacto, sino su negación. Es decir: porque no hay contacto puede haber conexión y porque hay conexión no puede haber contacto. Se pregonará, aún más, que una buena educación digital preparará a nuestros jóvenes para el futuro tecnológico, cuando, en realidad, es la tecnología presente lo que determina los cauces por los que ha de circular cualquier educación viable.

"El coronavirus, por el contrario, sólo acelera algunas mutaciones que ya estaban en proceso. Desde hace algunos años, el conjunto de la evolución tecnológica, ya sea menor (video on demand, pagar sin contacto físico) o mayor (el teletrabajo, las conquistas sobre internet, las redes sociales) han tenido como consecuencia principal disminuir el contacto material y sobre todo el humano. La epidemia del corona virus ofrece una magnífica razón de esta tendencia de fondo: una cierta obsolescencia parece golpear las relaciones humanas." (Michel Houellebecq)