Cada sonrisa que nace en nuestro corazón y liberamos en nuestro rostro es una flor que ofrecemos al mundo, cada una de estas flores anuncia un fruto con el que alimentar a una nueva humanidad. Por eso, sonreír es nutrir nuestra imaginación para que con ella podamos revelar futuros maravillosos … ¡Qué gran regalo para nuestros hijos y alumnos!
Nuestra sonrisa ha de iluminar el camino hacia una humanidad que, habiendo resuelto sus necesidades, pueda dedicarse a cumplir sus sueños. Cubrir nuestras necesidades pasa por dejar de vernos como fruto de una “evolución” basada en la supervivencia del más fuerte o el que mejor se adapte al “medio”, pues las creencias que sostienen esta mirada no pueden estar nutridas por nuestro corazón, ya que en él nadie es más fuerte que otro y el medio es una creación de todos. Las nuevas teorías científicas han de estar en armonía con nuestro corazón, pues de no ser así no harían más que alejarnos de nuestra propia esencia, de nuestro poder como seres creadores. Los temarios de nuestras escuelas han de cambiar su contexto a los Nuevos Paradigmas del Conocimiento, que no sólo no impiden conectarnos con nuestra esencia, sino que favorecen e incentivan esta conexión. Sólo sintiéndonos unidos a nuestro centro podemos tener acceso permanente a nuestra sabiduría, sólo con nuestra propia sabiduría podemos sentirnos a la vez creadores y felices. La educación que recibimos está basada en un conocimiento que sustenta unos determinados “valores” culturales, por eso fuimos educados como planetas que orbitan las creencias de nuestras sociedades y de nuestros tiempos, siendo conducidos a renunciar a nuestra propia luz: somos estrellas que nos hemos olvidado de brillar.
Descubrir nuestra propia luz es liberar nuestra creatividad, con ella nuestra libertad está asegurada, algo imprescindible para caminar de la humanidad de las necesidades a la de la abundancia. Una nueva educación, creada entre todos, es la que ha de ayudarnos a hacernos sentir lo que verdaderamente somos: astros con luz propia.
Una luz apagada no puede educar a astros con luz propia, por eso los maestros y los padres hemos de trabajar para recuperar nuestro propio brillo, hemos de reeducarnos en todas las direcciones en las que fuimos educados.Para lograrlo es necesario que empecemos a estudiar los Nuevos Paradigmas, pero no como nos enseñaron en las escuelas, sometidos a las autoridades, sino como seres creadores que van a ser científicos- creadores de esos paradigmas. Querido lector, ¿te atreves a acometer este reto …. el mayor de los retos para un educador …? Esta vez has de ser tu propia universidad, no te desanimes, pues cuentas con la ayuda maravillosa de la red y con el faro de tu corazón, a medida que avances tu luz irá despertando y el camino aparecerá más claro. ¡Ahh y no olvides que todo comienza con una simple sonrisa …! ¿Será porque en ella ya está la luz que buscamos … ?