LA DERROTA / APRENDER A PERDER
A MÍ NO ME GUSTA PERDER NI AL PARCHÍS…Kevin está enfadado. Más todavía, el niño está furioso. Su equipo ha perdido el partido y él no puede soportar perder. Y entonces, ¿qué hace? Busca mil excusas: “Mis compañeros son muy malos”, “el árbitro estaba comprado”, “si no me hubieran sustituido”, … Pero ni con estas se le pasa y Kevin sigue aquí, alejado de los demás… Él no entiende como los otros jugadores pueden estar tan tranquilos, no comprende que todos han jugado al máximo de sus posibilidades y que si han perdido ha sido porque el otro equipo ha jugado mejor. Kevin es muy joven todavía, pero algún día sabrá que en el juego y en el deporte lo importante no es tanto ganar como participar…