LA GENEROSIDAD
¿QUIERES UNO? Cuando Eloy era pequeñito no había forma de hacerle entender cuan provechoso resulta ser generoso con los demás. Lo suyo era sólo suyo y en cambio cuando anhelaba lo de los otros el niño cambiaba el chip y solía soltar: “hay que compartir”. Evidentemente ésta no es forma de encarar las cosas y Eloy fue dándose cuenta al crecer que la generosidad para que sea efectiva y justa tiene que tener dos sentidos. “Da y recibirás”, ¿no es así? Así es y así lo ha comprendido ya Eloy. Por eso, cuando llega con estos deliciosos churros que papá le ha comprado, no duda en sonreír y decir: “¿Quieres uno?”