La euforia infantil llega a Estados Unidos, ante lo que les viene de lejos, Pero que viven como si fuera suya, ya que aseguran que se sienten auténticos irlandeses. La asumen por todo su cuerpo. Llevan el verde hasta el extremo e incluso adoptan la bebida más irlandesa. Ni la fuente de la Casa Blanca se ha resistido a cambiar de color.
La euforia infantil llega a Estados Unidos, ante lo que les viene de lejos, Pero que viven como si fuera suya, ya que aseguran que se sienten auténticos irlandeses. La asumen por todo su cuerpo. Llevan el verde hasta el extremo e incluso adoptan la bebida más irlandesa. Ni la fuente de la Casa Blanca se ha resistido a cambiar de color.