Sin embargo, quizás uno de los resultados más trascendentes de la XIV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) efectuada en Caracas este 5 de marzo, viendo su Declaración, al menos para los latinoamericanos y caribeños, es que en efecto, aparecen alternativas especialmente en la integración de nuevo tipo para preservar los derechos humanos, aún en medio la “borrachera de éxito” de la derecha hemisférica y norteamericana.
Tanto en Brasil como en Argentina, por ejemplo, mantener las fórmulas gastadas del lucro violador, está generando tal rechazo, que solo podrán contenerlo con la represión, si los pueblos allí lo permiten.
Mientras, para Estados Unidos, la llegada de Trump es la novedad de lo viejo, del retroceso en su estilo iconoclasta, del cual nadie se atreve a pronosticar las reales consecuencias, así como tampoco el alcance de la actual crisis capitalista, pero que a todas luces es insostenible cuando la renta del 1% de la población mundial supera la del 99%.
Este es primer gran quiebre que tiene hoy el relato, la mayor violación de derechos humanos, que realizan los grandes centros de poder del capital, que han concedido a Estados Unidos, el super violador de humanos y derechos, la misión imposible de policía del mundo.
El más reciente informe del Departamento de Estado sobre el tópico, lanzado en sigilo, y buenas razones tendrán, de momento ha ido a las calderas del fuego mediático, sin descartar, lógicamente, otras acciones peligrosas de la plutocracia gringa, que amplía gastos militares y moderniza el arsenal atómico.
Varios estados "calificados" por Washington han respondido al Rey desnudo.
Por su parte, Cuba, la bloqueada y sucia de barro humano, tiene mucho que decir y que mostrar en contraste, pero bien vale analizar la conjura mediática y otras realidades.
Continuará...