La especialista señala que los golpes de calor y las contingencias ambientales, típicas de la primavera mexicana, representan graves problemas para la salud, especialmente, la de los adultos mayores y los niños. Basta recordar la canícula (verano) europea del 2003 que causó miles de muertes, sobre todo entre personas mayores.
El efecto persistente de la contaminación del aire respirado, en un proceso silencioso de años, conduce finalmente al desarrollo de afecciones cardiovasculares agudas, como el infarto. Al inspirar partículas ambientales con un diámetro menor de 2,5 micrómetros, ingresan en las vías respiratorias más pequeñas y luego irritan las paredes arteriales. Los investigadores hallaron que por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico de esas partículas, la alteración de la pared íntima media de las arterias aumenta un 5,9 %. El humo del tabaco y el que en general proviene del sistema de escape de los autos producen la misma cantidad de esas partículas. Normas estrictas de aire limpio contribuirían a una mejor salud con efectos en gran escala.
Otro de los efectos es el debilitamiento de la capa de ozono, que protege a los seres vivos de la radiación ultravioleta del Sol, debido a la destrucción del ozono estratosférico por Cl y Br procedentes de la contaminación; o el calentamiento global provocado por el aumento de la concentración de CO2 atmosférico que acompaña a la combustión masiva de materiales fósiles. El ozono también hace a las personas más sensibles a las alergias porque aumenta la presencia de alérgenos, diferentes pólenes u organismos que causan un impacto en la salud; a este factor, se suma, la contaminación. Esta última también reduce la resistencia a resfriados o cualquier otro tipo de infección en vías respiratorias y puede acelerar, a largo plazo, el envejecimiento del tejido pulmonar.
El gobiernos y los empresarios no se consideran parte de la naturaleza ni del ambiente que le rodean, no toman ninguna conciencia de los daños que hacen al planeta, e indirectamente a sí misma, al mismo ritmo con que los produce; salvo el retirar sus contaminantes de sus regiones. Por tanto deterioran cada vez más a nuestro planeta, atenta contra la vida de plantas, animales y personas, generan daños físicos en los individuos, convierte en un elemento no consumible al agua y en los suelos contaminados no es posible la siembra.