Efectos Secundarios (Side Effects). Cuando la pasión no alcanza
Armado como una película clásica de drama, uno de los ejes centrales más interesantes es el debate de los efectos secundarios y todos los efectos que estos conllevan. Especialmente en lo relacionado a medicamentos prescritos para tratar desordenes mentales. Un aparente caso inofensivo de depresión se convierte en una espiral de sucesos que llevarán a Emily a ser recluida en una institución mental, mientras que al doctor Banks le destruirá la carrera, la familia y su vida entera. Interesante y con una grandísima puesta actoral en escena de Law, Mara y Zeta-Jones (no así del infumable Channing Tatum, quien una vez más demuestra que no tiene madera para el drama), nos muestra el turbio mundo de las farmacéuticas, sus negocios y las cosas que muchas veces nos esconden para vender sus productos y enriquecerse a costa de nosotros. En un principio thriller criminal, que toma tintes políticos, Soderbergh nos lleva con maestría por el género que mejor sabe ejecutar.
Estrenada a principios de año, Efectos secundarios es de esas películas que no a muchos llamó la atención y que sin embargo, vale mucho la pena darle una oportunidad por lo bien realizada que es. Con un desenlace quizá muy previsible, pero dicen que lo que importa es el camino, no la meta.
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