El eterno agente del FBI nos ha dejado a los 95 años de edad; leo la noticia en los medios y reparo en la cara conocida de la que jamás conocí el nombre, en series y películas americanas, en las que los medios se ocupan de que no haya lugar para los segundones. Rostro popular hasta la saciedad en el cine y la televisión, trabajo´, al menos para mi, en el anonimato que eclipsan las grandes estrellas. Rostro amable para la piel del policía, alcanzó casi los cien años sin necesidad de ver cegada su vida por la luz de los focos, que no siempre es recomendable. Descanse en paz.