Después de visitar las Cuevas de Aggtelek comenzamos nuestro viaje hacia Budapest pero hemos programado dormir a medio camino, en Egerszalók. Nuestro plan es llegar a la ciudad de Eger poco después de las 16:00 y dar un paseo viendo algo de la ciudad. Aquí cenaremos y después seguiremos hacia nuestro hotel que se encuentra en Egerszalók, a unos 8 Km. más o menos.
La ciudad de Eger es pequeña y se puede visitar dando un pequeño paseo, aunque seguro que nos quedaron muchas cosas que ver fue muy agradable patear sus calles.
También es verdad que veníamos de visitar unas cuevas maravillosas y fueron tantas las fotos que sacamos que el paseo en Eger nos lo tomamos con bastante relax y dejamos descansar a la cámara. Aún así, tenemos algunas fotos de la Iglesia, Egri Bazilika, y de una fiesta popular justo al lado, aunque no sabríamos decir de cual se trataba pero estaban todos vestidos con el traje típico de la región.
Cuando empieza a caer la noche nos sorprende la cantidad de restaurantes con terrazas para cenar y tomar alguna copa, una pena no haber podido disfrutar algún día más de esta bonita ciudad.
Después de cenar nos vamos a dormir porque al día siguiente tenemos que hacer todavía un largo tramo en coche hasta Budapest pero antes queremos visitar algo que ha hecho famoso a Egerszalók, sus terrazas de travertino (coloquialmente llamado sal) y la fuente de agua Salt Hill.
La historia de este lugar se remonta a 1961 cuando en una perforación de petróleo empezó a brotar aguas termales a 68 ºC del agujero. En los siguientes años se formó un cono de sedimentos y el agua iba formando terrazas de travertino hasta llegar a los 1200 metros cuadrados de superficie.
Evidentemente no tiene el tamaño del Pamukkale en Turquía pero es un fenómeno natural único en Europa.
Hay un hotel justo al lado, el Saliris Resort Hotel que aprovecha estas aguas termales y ofrece a sus huéspedes la posibilidad de un spa fantástico gratis, los que nos quedamos fuera tenemos que pagar para poder usar las instalaciones. Para los que no nos quedamos en este hotel hay un camino que bordea las terrazas y que es fácil de encontrar, sólo hay que seguir el vapor del curso de agua.
También se han creado unas terrazas artificiales y se desvía el agua hacia ellas para que los sedimentos vayan depositándose sobre ellas y ampliar la zona… vamos a ver… como echarle una manita a la naturaleza…
Esperamos les haya gustado este post y ya saben que en Europa también podemos disfrutar de este espectáculo sin cambiar de continente. 😉
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