Egipto 2016, día 10: alrededores de luxor, tutankamon

Por Trotaburgos @trotaburgos

El despertador suena a las 7:00 horas. Hoy nos espera un día que seguro no olvidaremos, Tutankamon. Bajamos a desayunar, nos ponen una tortilla, quesitos, mermelada, bollitos y té. A las 8:00 horas nos viene a buscar el que va a ser nuestro guía durante esta mañana.

Nos metemos en un microbús y vamos a otro hotel a buscar a más personas. En total somos un grupo de 8. El guía se presenta, Alibaba, y nos cuenta un poco todo lo que vamos a ver. Es bastante guasón. Cruzamos al otro lado del Río Nilo para visitar la orilla occidental, primera parada, Los Colosos de Memnon. 2 gigantescas estatuas sin rostro que están muy deterioradas.

Tienen 18 metros de altura, en su tiempo formaban un minúsculo elemento del mayor templo construido en Egipto, en memoria de Amenhotep III. Se cree que tenía una extensión mayor que el de Karnak. El templo se fue destruyendo por las inundaciones del Nilo y el abandono, ya que en su mayor parte estaba construido con adobe.

Los colosos fueron tallados a partir de un único bloque de piedra y de 1.000 toneladas de peso. Vemos que se están haciendo excavaciones en los alrededores.

Nos montamos en el microbús y vamos a la taquilla del Templo Habu. Le damos los carnets y el dinero al guía. 40 LE entrada normal, 20 LE estudiantes. Son solo las 9:00 horas y el calor es insoportable.

Es el más famoso templo mortuorio en Madinet Habu (dinastía XX, 1184-1153 a. C.), y es uno de los templos mejor preservados de la época correspondiente al Nuevo Reino. La entrada original es a través de una puerta fortificada, conocida como migdol (una característica arquitectónica común de las fortalezas asiáticas de la época).

El templo fue construido siguiendo los principios de diseño habituales de su época (excepto su puerta de acceso) y consta de dos pilonos, dos patios y tres salas hipóstilas, además de un embarcadero y un canal que lo unía con el Nilo y que era utilizado para realizar las procesiones rituales en el barco del dios.

Se considera uno de los templos funerarios más bellos pues parece que los colores hubieran sido aplicados apenas ayer, además de sus increíbles bajorrelieves que decoran los muros exteriores del templo.

El primer pilono conduce a un patio abierto, delimitado por estatuas colosales de Ramsés III y de Osiris en un lado y por columnas sin esculpir del otro lado.

Hay unos relieves con unas escenas de unos escribas que calculan el número de enemigos muertos contando manos y genitales amputados.

El segundo patio está rodeado de columnas y relieves que muestran diversas ceremonias religiosas.

Es bastante chulo, conserva policromía en algunas partes. Está en un estado de conservación bastante aceptable. Disfrutamos viendo todo tranquilamente y salimos al microbús.

Recorremos unos 5 km. por una carretera bastante ancha hasta llegar al plato fuerte del día, el Valle de los Reyes. Tenemos un gusanillo en el estomago por ver que nos vamos a encontrar. Por el camino hasta aquí hemos visto a la izquierda, en una ladera, entradas a tumbas del conocido como Valle de los Nobles.

Antes de bajarnos del microbús Alibaba nos recuerda que está totalmente prohibido hacer fotos tanto en el exterior como el interior. Que es mejor que dejemos las cámaras en el microbús, porque si no las vamos a tener que dejar en una taquilla. Da rabia que no se pueda hacer ninguna foto ni siquiera por fuera. El móvil si que te dejan meterlo pero también está prohibido fotografiar, con riesgo de quedarte sin él. El guía nos dice que es por preservar el interior de las tumbas, pues el flash daña mucho, cosa que se ha demostrado que no es cierto. Ya en muchos museos de Europa dejan hacer fotos con flash a cuadros y cualquier obra de arte.

El Valle de los Reyes es una necrópolis del Antiguo Egipto, en las cercanías de Luxor, donde se encuentran las tumbas de la mayoría de faraones del Imperio Nuevo (dinastías XVIII, XIX y XX), así como de varias reinas, príncipes, nobles e incluso de algunos animales. Forma parte del conjunto denominado Antigua Tebas con sus necrópolis, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1.979. Se encuentra situado en la orilla oeste del Nilo, frente a Tebas (hoy Luxor), en el corazón de la Necrópolis. El Valle de los Reyes está dominado por la colina Tebana conocida como Meretseger, o "La que ama el silencio" y que está rematada por una cima en forma de pirámide natural.

Llegamos a la entrada, a la cual se accede por el centro de visitantes. Aquí se encuentra una maqueta con todas las tumbas del Valle de los Reyes, encontradas hasta el momento, son 62. La maqueta es trasparente y te enseña las tumbas por debajo.

Una vez vista la maqueta vamos a la taquilla. La entrada cuesta 100 LE adulto y 50 LE estudiante, y te da derecho a visitar 3 tumbas de las 10 visitables. Si quieres visitar la tumba de Tutankamon y la de Ramsés IV, van aparte. Tumba de Tutankamon, 100 LE adulto, 50 LE estudiante. Tumba de Ramsés IV, 60 LE adulto, 30 LE estudiante. Nosotros queremos visitarlo todo. Ya que hemos llegado hasta aquí, ¿cómo no verlo? Gracias a los carnets pagamos la mitad en todo.

Fuera nos espera un tren eléctrico para acercarnos hasta el valle.

Andamos unos 50 metros y llegamos a la primera tumba que vamos a visitar, es la KV8. Su ocupante es el cuarto faraón de la dinastía XIX, el rey Merenptah. Tras el larguísimo reinado de Ramsés II, le sucedió su decimotercer hijo Merenptah, quien ya por aquel entonces era un anciano sexagenario que sorprendería a la Historia sobreviviendo diez años más, de 1222 a 1212 a. C., aproximadamente.

Entramos en la tumba, descendemos por unas escaleras. Las paredes tienen diferentes inscripciones, entre ellas la letanía de Ra. Más adelante vemos algunas imágenes que ilustran a Isis, Neftis y Anubis. Así como partes del Libro de los Muertos.

Se conoce como " Libro de los Muertos" una colección de sortilegios que se incluían en las tumbas del Reino Nuevo, y pretendían ayudar al difunto en su difícil camino al Más Allá y en el juicio de Osiris. Su título original podría traducirse como " La salida al día ". La muerte no era más que un renacimiento, al igual que el sol sale cada día, así el difunto accedía a un nuevo renacer.

Su origen se encuentra en "Los Textos de las pirámides" del Reino Antiguo. Estos derivaron en "Los textos de los sarcófagos" durante el Reino Medio. El papiro con las fórmulas adecuadas para ayudar al alma del difunto se depositaba junto a la momia, en la tumba. También se escribían pasajes del libro en los ushebtis. Pero el libro no sólo comprende fórmulas para superar el juicio de Osiris, sino también pasajes para que el difunto reconozca a los dioses que le serán favorables o para que pueda orientarse en su viaje por "las 12 Regiones de la Duat". Eran los sacerdotes-lectores los encargados de leer ciertos pasajes del Libro, vueltos hacia la momia.

El Libro consta de aproximadamente 200 capítulos o sortilegios. La versión más conocida y más completa es el Papiro de Ani, un texto compuesto por 3 capas de hojas de papiro pegadas entre si y dividido en 6 secciones con una longitud entre 1.5 y 8 metros cada una. La longitud total del texto es de 23.6 metros.

Merenptah ordenó suprimir las jambas de las puertas para poder hacer entrar el enorme sarcófago exterior, y con ese propósito se redujo la pendiente descendente y se aumentó la anchura del lugar. Cuando llegamos al final vemos un gran sarcófago de granito abierto y a parte la tapa que está tallada con su imagen. Varios pequeños nichos en una de las paredes que albergaban los vasos canopes, donde se metían las vísceras del faraón.

Nos quedamos solos con 2 guardas, se nos acerca uno de ellos y nos dice que entremos dentro, nos miramos un poco sorprendidos. Luego nos dice que podemos sacar fotos, pero que nos demos prisa, que si se entera la policía pueden tener un problema. Hasta nos hacen una foto. Lógicamente, esto lo hacen para sacarse un dinero extra. Al final les damos una moneda de 2€. La gente aquí es súper corrupta.

Siguiente tumba que visitamos la KV 57. Utilizada para el entierro de Horemheb, faraón de la dinastía XVIII. La tumba es diferente a otras tumbas reales de la dinastía XVIII. De diferente construcción, tiene bajorrelieves en lugar de pinturas en las paredes, con pasajes del Libro de las Puertas que aparecen por primera vez en la historia. La decoración está inacabada, a pesar de que el reinado de Horemheb duró más de veinte años.

El Libro de las puertas es un texto sagrado del antiguo Egipto datado en la época del Imperio Nuevo. Narra el viaje del espíritu de un difunto en el otro mundo, y está relacionado con la marcha del Sol, aunque transcurre durante las horas nocturnas, en la Duat (el inframundo de la mitología egipcia). El espíritu requiere pasar una serie de "puertas" en diferentes etapas del viaje. Cada puerta se asocia a una diosa diferente, y requiere que el difunto reconozca el carácter específico de cada deidad. El texto da a entender que algunas personas pasarán incólumes, mientras que otras sufrirán tormento en un lago de fuego.

La parte más célebre del Libro de las puertas se refiere a las diferentes razas de la humanidad conocidas por los egipcios; dividiéndolas en cuatro categorías que son normalmente expuestas como "egipcios", "asiáticos", "libios" y "nubios". Se les representa en procesión, entrando en el otro mundo.

Hay que descender casi 100 metros hasta llegar a la cámara funeraria. En el medio aprovechamos para hacer alguna foto, ya que no hay guardias. Hay unas pinturas muy bonitas donde se aprecian diferentes dioses junto a Horemheb.

El sarcófago del rey es de cuarcita roja tallada, y su tapa se encontró rota. En el interior de las tumbas se está algo más fresquito que fuera y al estar casi solos no se condensa el calor.

Siguiente tumba la KV 9. Pertenece a Ramses VI. A esta entramos algunos, no todos han querido comprar la entrada. No es demasiado profunda. Tiene relieves y pinturas durante todo el pasillo de acceso a la cámara funeraria. Tiene escenas astronómicas en el techo.

El diseño de la tumba es muy completo, y es de los últimos sepulcros del Valle completamente finalizado, y además con un óptimo resultado. El perfil del lugar es muy simple, con una total ausencia de cámaras anexas y el eje recto que presentan todas las tumbas posteriores al reinado de Ramsés II. El conjunto es el de una tumba sin grandes pretensiones arquitectónicas, que pudo ser acabada sin grandes problemas gracias al hecho de haber sido comenzada por el anterior monarca, sin grandes prisas. La tumba de Ramsés VI puede presumir de ser una de las mejores conservadas dentro del Valle de los Reyes. Pese a haber sufrido alguna inundación, el estado de sus pinturas es bueno, y los frescos y la propia estructura del lugar no han sido seriamente dañadas. No obstante, la calidad del trabajo de los constructores de tumbas no es tan buena como la de otros sepulcros, y su belleza está lejos de emular la alcanzada años atrás.

No hay guardas así que aprovechamos para hacer fotos en la cámara funeraria. Vemos un sepulcro roto. El techo está decorado por la diosa Nut, y las paredes con pinturas del difunto monarca acompañado de los dioses Amón-Ra, Ptah, Anubis, Meretseger, Maat y Ptah-Sokaris-Osiris.

Al poco aparece un guardia y me señala el bolsillo donde llevo el móvil. Me dice que está prohibido hacer fotos y que las borre. Le digo que he he hecho fotos, pues no me ha visto. Pero son más listos que el hambre. Insiste en que borre y le digo que no. Saliendo y con la amenaza de que fuera ya dare las explicaciones pertinentes, le cojo la mano y le doy una moneda de 2€. El me pide 5€ y le digo que es lo que hay, se queda conforme. Ha sido un momento tenso, pero que ha quedado en anécdota.

Salimos y por fin entramos a la KV 62, la tumba de Tutankamon. Fue descubierta en 1922 por Howard Carter bajo los restos de las viviendas de los trabajadores de la época ramésida, lo que la salvó de los saqueos de ese periodo. Como dato curioso, Carter consiguió fotografiar algunas ofrendas florales que se desintegraron al tocarlas.

Se dice a menudo que la tumba de Tutankamón nunca fue violada, pero esto no es exacto. De hecho lo fue por lo menos dos veces no mucho después del entierro: hay evidencias de que en las puertas selladas se practicó una abertura en las esquinas superiores, que fue precintada de nuevo más adelante. Se ha estimado que el 60% de las joyas depositadas en la llamada "Tesorería" fueron robadas, y que los funcionarios de la necrópolis embalaron las que se salvaron de forma precipitada. Las puertas exteriores de las capillas, que incluían los ataúdes jerarquizados del rey, se dejaron abiertas y sin sellar.

A la izquierda vemos una urna con la momia de Tutankamon, esta entera tapada menos la cabeza y los pies. Se aprecia todos los rasgos perfectamente. Sentimos una alegría tremenda por el hecho de estar donde estamos. Nos quedamos solos con el guarda y en bajo nos dice que podemos hacer fotos. Le digo que no, que no tenemos dinero. Insiste unas cuantas veces, pero al ver que no sacamos la cámara, nos deja.

A la derecha vemos uno de los tres sarcófagos, el resto están en el Museo de El Cairo. Es de madera dorado con la figura del faraón. Las paredes de alrededor están decoradas. Una de ellas, tiene los 12 monos agachados del libro de Amduad, que representan las 12 horas de la noche. Esta es la pared que están investigando actualmente, pues es donde el radar ha detectado la presencia de una cámara con los posibles restos de Nefertiti.

Es la tumba más pequeña y la que menos ofrece para ver, pero es la que tiene la mayor fama dentro de las tumbas. Decepciona un poco, pero aun así merece la pena.

Y la última tumba es la KV 2. En ella sería enterrado el tercer faraón de la dinastía XX, Ramses IV (1153 a 1147 a. C.). Pese a estar abierta desde la Antigüedad, la tumba se encuentra mayoritariamente intacta, y mantiene un estado de conservación aceptable. Tiene muchas pinturas policromadas. Vemos marcas de cuando los saqueadores abrieron el sarcófago. Es bonita.

Finalizada la visita, cogemos de nuevo el trenecito eléctrico que nos lleva hasta el centro de visitantes. Montamos en el microbús y hacemos una breve parada en un taller donde tallan alabastro. Nos enseñan como lo hacen y nos meten a la tienda por si queremos comprar.

Nos vamos al Valle de las Reinas, que está muy cerquita del Valle de los Reyes. Aquí visitamos el Templo funerario de Hatshepsut. Que fue la reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto que mando construir el templo. Compramos las entradas 50 LE adultos, 25 LE estudiantes. Una vez más entramos con descuento.

En el camino hacia la taquilla, pasamos por las tiendas. Paramos a comprar unos helados de chocolate y agua. ¡Qué bien nos sienta el helado!

Cogemos un trenecito que nos acerca hasta el templo. De lejos se ve un templo muy grande, pero está en un estado bastante ruinoso, pese a que han hecho un trabajo de consolidación bastante importante.

A la muerte, algo temprana, de Tutmosis I, Hatshepsut era la mejor situada para sucederle en el trono, pues sus hermanos varones ya habían muerto. Es posible que incluso el propio Tutmosis I tratase en vida de asociar a su hija al trono, como así lo demuestra que la nombrase Heredera. Sin embargo, sus deseos fueron incumplidos, pues al parecer una conjura palaciega consiguió sentar en el trono a Tutmosis II, nacido de una esposa secundaria. Hatshepsut tuvo que soportar convertirse en la Gran Esposa Real de su medio hermano, y se cree que este fue un duro golpe a su orgullo.

Este templo funerario fue construido en honor a Amon-Ra, el dios del Sol. Es considerado "uno de los monumentos incomparables del Antiguo Egipto". El templo fue el epicentro de la masacre de Luxor, en la que fallecieron sesenta y dos personas, en su mayoría turistas, asesinados por islámicos extremistas el 17 de noviembre de 1997.

Le recorremos entero bajo un sol abrasador. Muy pocos turistas y los guardias siguen enseñándote cosas cerradas para que les des alguna libra. Fue construido en forma de terrazas, de grandes dimensiones, con columnas que se confunden con la ladera de la montaña, situada tras el templo. El templo está en parte excavado en la roca y en parte construido externamente.

Constaba de una calzada de 36 metros de anchura rodeada de esfinges que conducía desde la entrada hasta el gran patio, al que se accedía a través de 2 terrazas escalonadas, construidas en la ladera de la montaña y unidas mediante rampas. Vemos restos de alguna esfinge.

Siempre somos los últimos del grupo en regresar, nos da la sensación que la gente casi no disfruta de las cosas o tal vez que nosotros nos gusta verlo todo. Cogemos de nuevo el trenecito hasta la entrada.

Con las mismas regresamos al hotel a las 14:30 horas. Nos damos una ducha y nos vamos a comer. Lo hacemos enfrente de la Estación de Trenes y nos pedimos unas hamburguesas de pollo con patatas fritas y una cocacola gigante que por primera vez nos ponen vaso con hielos. Pagamos por todo, 30 LE.

Al hotel a descansar y dormir un rato, que a estas horas es el mejor plan, hasta que el sol se esconda y baje algo el calor.

Sobre las 20:00 horas salimos a dar un pequeño paseo por los alrededores y compramos algo de beber. De regreso al hotel nos sentamos a tomar un té, café turco y una cachimba de manzana, 5 LE por cada cosa. La terraza es una serie de sillas y pequeñas mesas puestas de corrido a lo largo de 2 paredes a ambos lados de la pequeña calle. Todo esta súper sucio, como el país en general. Enfrente nuestro, 4 abuelos de más de 70 años fumando y hablando de sus cosas. En Egipto fuman muchísimo los hombres. No se ve a la gente con algún tipo de estrés.

Pasamos así un buen rato mientras observamos el ir y venir de la gente. Comentamos también todo que el viaje va dando de si. Hemos visto tantas cosas que a veces confundes un sitio con otro. Demasiadas emociones y experiencias en tan poquito tiempo. Y todavía queda un montón de cosas por vivir. Mañana nos espera una experiencia increíble, así que no os perdáis el post.

Regresamos al hotel a descansar que mañana muy muy temprano tenemos que levantarnos.

Saludos viajeros.