¿Qué nos ocurre, realmente es que tenemos miedo? La verdad es que cuando hablamos de ejercicio físico estamos hablando de esfuerzo y éste es el que nos echa para atrás. En Europa sólo entre un 20 y un 30 % de la población practica algún tipo de ejercicio físico. La actividad física no tiene porqué necesariamente ser sinónimo de deporte, toda práctica que suponga cualquier tipo de movimiento es perfectamente válida, así podemos buscar aquella actividad que más nos complazca como caminar a un ritmo cómodo o ir a clases de zumba – esta última, os lo digo por experiencia, es una de las formas de hacer ejercicio más divertida que os podéis imaginar – Lo interesante es encontrar aquel ejercicio asequible para nuestras posibilidades tanto físicas, de disponibilidad y que no nos suponga un doloroso esfuerzo, sino muy al contrario, que se convierta en algo tan placentero que aquellos días que no lo podamos realizar sintamos como que nos falta algo, sólo así conseguiremos ser constantes en el tiempo y ésta es la única manera de que el ejercicio físico resulte beneficioso. Las necesidades nutricionales sólo se ven afectadas con la práctica de un deporte, una actividad física moderada no conlleva ningún cambio en nuestra alimentación, tan sólo debemos vigilar nuestra hidratación.
Cada grupo de edad tiene unas necesidades físicas diferentes. Los jóvenes encontrarán en la práctica de ejercicio físico una forma de vida saludable que condicionará también su estilo de vida; los adultos pueden prevenir ciertas enfermedades como la obesidad o enfermedades cardiovasculares y la tercera edad verá mejorada su movilidad ,coordinación y relaciones sociales. En cualquier caso, está demostrado que la práctica de ejercicio físico mejora la salud física y mental así que cuanto antes comencemos, mejor que mejor.
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