De la primera página a la última, se lee en cuestión de minutos o muy pocas horas, pero lo interesante es jugar con él y, sobre todo, prestar atención a las diferentes técnicas que en cada historia Queneau utiliza para venir a decir lo mismo y hacerlo de una manera radicalmente distinta.
Lo dicho, si os apetece experimentar con vuestras narraciones y queréis probar con diferentes estilos, este debería ser vuestro libro de cabecera.