No pensaba pillar esto porque tiene que ver con mutis, y porque los nºs 0 son propaganda y apresurados resúmenes para novatos y para gente que se apunta a un bombardeo. Pero como la última cole de los eternos tiene un final abierto que conduce a esto, P. Ferry es el mejor dibujante actual deternos y desviantes que hay, y aquí sólo salen mutis de refilón, pues me animé.
Y no ha sido un error porque esta grapa en realidad es el nº 16 de la última serie de los eternos. Ni Panini ni Marvel lo han numerado así porquesa cole debe vender poco y los eventos es con lo que el mainstream hace caja hoy. En todo caso el 0 es cosa de Panini, Marvel optó por one-shot o 1 de 1 con el elocuente título de: Víspera del Juicio. Parece que aquí lo singular nos da pereza, pero si es así no entiendo entonces por qué no el 16 ya que en esta grapa K. Gillen sigue a lo suyo, si bien nobstante contextualiza para situar a los recién llegados. Por tanto esta no es ni un tráiler ni un anuncio ni un prólogo. Quizás esto es así porque hay una historia corta anterior escrita por K. Gillen y dibujada tan horriblemente por D. Weaver que el desviante que sale es muy chulo, que es moderadamente promocional, la cual Panini incluye en su nº 0. Cuenta qué pasa en el Universo Marvel en ciertos casos y que lo que ha pasado volverá a pasar. No es gran cosa pero es útil y es que el principal objetivo de K. Gillen en esas páginas es: 1) dejar las cosas claras, 2) recordar que, mientras eternos (, desviantes) y Vengatas están en la Tierra Marvel desde el principio (puto Aaron por eso último), los mutis son algo nuevo potencialmente desestabilizador y 3) subrayar que los eternos y los Vengatas son conservadores, sus propios nombres lo indican, es decir, defensores del status quo, y por tanto no aprueban ni a los agentes del cambio ni a los agentes de las crisis. No les importan los individuos sino los sistemas, otra prueba más de que la ocurrencia de Aaron de que los Vengatas no es una ocurrencia de unos superhéroes actuales es asquerosa y por ello debería ser ignorada, sobre todo por gente inteligente como K. Gillen.
La historia propiamente dicha laprovecha el guionista inglés para mostrarnos qué están haciendo los eternos tras derrotar a Thanos in extremis y contra todo pronóstico. Los buenos tratan de disminuir la brecha entre desviantes y ellos; los malos se ponen a conspirar contra los mutis. Así, es una grapa tranquila que es pasable por la buena ironía o buen sentido humor inglés del guionista que le permite poner en evidencia con sutilidad la hipocresía de todo. Lo más destacable e interesante es una cosa que yastá en la cole aunque no os la comenté, que es el tratamiento religioso que el inglés le da a los eternos. Naturalmente no estamos ante una histora confesional, y tampoco K. Gillen se pone a desarrollar la religión eterna, sino que aprovecha que los eternos son religiosos para usar la incomprensibilidad de los dioses para dar tensión al conflicto de su relato. A diferencia de los terrícolas creyentes, las creaturas de Kirby saben a ciencia cierta, positivamente, que sus dioses existen, y además son capaces de comunicarse con ellos, así Los eternos es la cole Marvel donde el hecho religioso es una de las premisas que la da su singularidad, pero pese a eso no se libran del elemento interpretador que tienen todas las religiones. Estas tienen el problema de que la supuesta palabra divina que conservan es interpretable, lo demuestra el que las que decidieron escribir libros para acabar con ello no se han librado dello sino que lo han empeorado, así que al final son tanto elemento de unión y cohesión como de discordia y cizaña. K. Gillen traslada esto a los eternos pese a que, como he dicho, su religión es positiva a diferencia de todas las religiones terrestres muertas, vivas o zombis porque sufren la misma brecha que los demás: entrellos y su ser divino adorable acríticamente porque él sabe lo que es mejor para todos hay un Universo entero. En esto el guionista inglés continúa a Kirby. Así pues los eternos, aunque pueden hablar con sus dioses, no entienden sus mensajes, los cuales, como los del resto de religiones, son instrucciones que carecen de contexto y son sospechosamente simples y rígidas, por lo que en un mundo en constante cambio, fluido o líquido deben interpretarse y, como eso es ser subjetivo o dar una opinión, la discusión de los fieles es inevitable y siempre termina violentamente porque el temor a fallar al ser divino es tan grande que impide todo acuerdo. La duda es saludable, sobre todo si hay un igual a ntros que opina diferente, porque es prudente, pero precisamente lo que define a un creyente es la soberbia de creerse en la posesión de la verdad pese a no tener pruebas. En fin, que K. Gillen caracteriza muy bien el conflicto del enésimo evento Marvel y así estamos probablemente entre los pocos que tienen razón de ser. Guste o no guste esto, nadie puede decir que es una idea de bombero. Es una excusa para vender pero no idiota como casi todo en la Marvel del XXI.
P. Ferry es un dibujante que me gusta mucho que aquí está a medio gas, no sé si por edad, por falta de interés o por que no le dieron suficiente tiempo. Hace un trabajo apañado aprovechándose de que es bueno en lo que hace y ya. Nobstante hay que reconocer que el guión tampoco le da mucho que hacer porque es bastante conversacional. Así pues tenemos una grapa bien dibujada en la que se ve el potencial de P. Ferry, su gran imaginación y su talento para la arquitectura pero, pese al alegre coloreado que recibe su trabajo, el asunto no pasa de brevemente satisfactorio. Sus páginas son agradables pero no dejan huella. Una pena porque, como he dicho, él es el que hoy mejor dibuja eternos y desviantes.