Pedro J. Ramírez posa para Ruta 42.Fotografías de Doc Pastor.
Algunos lo denominan como el periodista más influyente de España. Se considera un apasionado del Twitter, en el que supera los 50000 seguidores. Fundó El Mundo en 1989, tras su paso por Diario 16, y a día de hoy, este se mantiene como uno de los diarios más leídos del país.
Presente en innumerables polémicas, accedió a concedernos esta entrevista hace ya un par de meses, tras la que provoqué yo misma (@ladymaje) en dicha red social, en relación a un comentario al que el director respondió que no sabía qué era Creative Commons.
A un clic, el resultado de la conversación que Doc Pastor (@docpastor) y una servidora mantuvimos con él, el pasado 20 de septiembre.
Maje: Su primera opinión sobre la licencia Creative Commons no era muy favorable hacia esta, llegando a decir incluso que ningún artista que se precie publicaría en ella. ¿A qué fue debido este primer dictamen?
Pedro J: La primera impresión que me dio Creative Commons es que significaba renunciar al control sobre la propiedad intelectual por parte del autor. Luego me dí cuenta de que no, y fue Enrique Dans el que me lo explicó con cierto detalle, y luego mi opinión fue mucho más matizada, ¿no? Es decir, que no me parece mal. Puede ser un instrumento flexible para, en un determinado momento, potenciar la difusión de una obra de manera que un autor pueda controlar su integridad renunciando a obtener ingresos o aceptándolos, de acuerdo con reglas distintas.
La verdad es que, en conjunto, la polémica para mí terminó bien, porque aprendí una cosa que no sabía. Pastor: Ahora sería más favorable.
Pedro J: Sí, sí. Absolutamente. Me parece un instrumento muy útil para difundir un trabajo.
Maje: ¿Llegaría a publicar algo en esta licencia?
Pedro J: La verdad es que no me lo he planteado. No lo descartaría. Con mi último libro, “El primer naufragio” estamos más centrados en los canales tradicionales de difusión, pero tal vez pueda ser interesante en el futuro, cuando hagamos versión electrónica
Pastor: Y, ¿cómo era posible que el director de El Mundo, uno de los grandes diarios de España, no estuviera al tanto de qué es Creative Commons, que es algo ya conocido?
Pedro J: Bueno, yo creo que los directores de periódicos con respecto al tema nos dividimos en dos: los que no saben qué es y no lo reconocen y el que no sabía qué era y sí lo reconoció.
Maje: Sí es cierto que está muy relacionado con el mundo de Internet. ¿Qué le parece el periodismo digital?
Pedro J: Nosotros somos los editores del líder mundial de información on-line en castellano: elmundo.es. Y ha sido así prácticamente desde el comienzo, en el año 95 si no me equivoco, cuando nació. Cuando vinieron aquí los dos padres fundadores de Internet hicimos una sesión en la que celebramos juntos el XX aniversario de ambas cosas: El Mundo nació en 1989, igual que la Red. Yo les dije, sobre todo, que muchas gracias. Cuando estábamos con nuestra tormenta de cerebros sobre cómo hacer un periódico nuevo para una nueva generación de lectores, no podíamos imaginar que en otro lugar muy lejano había otras personas que estaban inventando un nuevo medio de comunicación que permitiría que no solo llegásemos a un millón y medio de lectores en España, sino a 33 en todo el mundo.
Les dijimos, que ya que estaban aquí, qué podíamos hacer para mantener la felicidad de nuestros accionistas, porque el problema de Internet, sobre todo en ese momento, era el modelo económico: cómo obtener ingresos que permitan hacer viable un proyecto editorial.
Han pasado unos cuantos años y creo que hemos vuelto a ser pioneros en dar una respuesta a eso. Frente al debate de si gratis o de pago, nuestra respuesta están siendo ambas. Algunas cosas las vamos a dar siempre en abierto y por otras vamos a cobrar, y el instrumento para eso está siendo Orbyt.
Pastor: Siempre está el miedo y la crítica a que si va a hacer desaparecer al periodismo pero, ¿es por el periodismo escrito o por el impreso?
Pedro J: Yo creo que el miedo es a que desaparezcan los periódicos. Si desaparecen estos, lo hará el periodismo de calidad. He entrado muy claramente en este debate, hace unos años en Londres, fue como meterme en la boca del lobo. Mi planteamiento fue muy contrario al dominante. Acepté ir porque estaba muy preocupado y escandalizado por una cosa que había dicho Marissa Meyer, una de las figuras más representativas de Google, que en un subcomité en el Senado de los EE.UU. sobre el futuro del periodismo, ella había dicho que “la unidad atómica del periódico ya no será este, sino el artículo por separado”.
Esto es lo que pretendía, y ha perdido la esperanza de conseguir, Google: poder convertir en lonchas todas las publicaciones que se distribuyan on-line, las más grandes y las más pequeñas, y ser ellos los empaquetadores en función de la demanda que pudiera haber en la Red. Cada uno tendrá que ser autosuficiente. Todo eso enlazaba con los planteamientos de Arianna Huffington y de todos los patrocinadores del llamado “periodismo ciudadano” y de una nueva concepción de la información, como teóricamente, colocar todo el poder en manos del ciudadano para que él haga su propia selección, y por lo tanto, eliminar lo que se presenta como la “dictadura del editor” en su posición dominante de quien dice qué es noticia y qué no.
Yo sostengo que la actividad profesional debe controlar, seleccionar, presentar y sintetizar las noticias y requiere de una organización jerarquizada. Que exista una distribución del trabajo entre periodistas formados y especializados para ello. El periodismo ciudadano puede ser un complemento pero nunca podrá sustituir al profesional. Un señor que vea un accidente y haga un post sobre ello, estoy seguro de que es un buen vecino, pero no un buen periodista.
Como tantas otras veces en la historia de la humanidad, los problemas que ha creado la tecnología, los está resolviendo ella misma. El desarrollo de las tabletas está suponiendo un canal idóneo para la supervivencia de las publicaciones, porque lo dominante ya no son los buscadores, sino las aplicaciones. Y si somos capaces de adaptarnos al lenguaje y los formatos y desarrollar un modelo económico que los haga viables, estoy convencido de que mi generación, y no digamos la vuestra, una nueva edad de oro del periodismo.
Maje: Nunca hay que perder de vista la calidad periodística, algo muy puesto en duda en estos momentos. ¿Hasta qué punto es culpa nuestra haber llegado a esta situación?
Pedro J: La calidad del periodismo... precisamente por eso es por lo que yo defiendo que no hay periodismo de calidad sin periódicos. Puede haber esfuerzos muy valiosos, y alguien puede desde la soledad de su ordenador producir artículos estupendos, que sea un gran escritor o aportar un testimonio. Lo que no es posible es sustituir la cobertura informativa de la actualidad por esos esfuerzos individuales.
La calidad va unida a la posibilidad de mantener redacciones numerosas bien cualificadas y decentemente pagadas. Por eso es tan importante conseguir ingresos on-line que permitan sustituir los de la caída del mercado publicitario y de la venta de diarios.
Ahora es difícil porque nos ha cogido la crisis económica, pero hay dos crisis, una dentro de la otra.
Pastor: Hablando de la calidad periodística y la objetividad, los titulares del 18 de agosto de los dos diarios cabecera de España rezaban cosas muy distintas entre sí. El Mundo decía en portada que “Los anti-Papa agreden a los católicos y la policía no actúa”, mientras que en El País se podía leer “La policía disuelve a golpes la concentración laica de Sol”.
Pedro J: Sí. En el artículo de El Mundo, en el texto de portada, se decía que al cabo de una hora o dos la policía había actuado. Pero la noticia no es que después del tiempo de agresiones, sobre las que hubo testimonios inequívocos de periodistas incuestionables en su honestidad profesional, como Fernando Lázaro, que estaba físicamente allí, la policía los disolviera, sino que hubiera tolerado esto durante el tiempo que transcurrieron. Por lo menos, desde mi punto de vista.
Hay un elemento adicional que era absolutamente elocuente, que es la famosa fotografía que acompañaba a ese titular, si no me equivoco, de la agencia Reuters, en la que se veía a una peregrina besando el rosario mientras alguien de una manera muy agresiva le gritaba algo a la cara. Queda acreditado por esa y otras imágenes y el testimonio de personas que estaban allí.
Pastor: ¿Dónde está el límite entre la interpretación y la manipulación?
Pedro J: El límite está en la conciencia moral de cada periodista. En la capacidad de preguntarse cada mañana delante del espejo si estamos siendo todo lo honestos que deberíamos a la hora de impedir que nuestros prejuicios alteren los elementos que la realidad nos proporciona. Es decir, una cosa es combinar esos elementos poniendo el foco en un aspecto y no en otro, lo cual es la esencia del pluralismo, y otra cosa muy distinta es alterar la realidad engañando a los ciudadanos contándoles que ha sucedido algo diferente de lo que ha pasado.
Maje: Hablando de imágenes y de polémicas, ¿por qué cree que surgió, semanas después, aquella entorno a la fotografía de la manifestación en el País Vasco?
Pedro J: Un bloguero hizo una interpretación del ánimo de publicación de esa foto presentándola como un acto de manipulación. La mejor prueba de que no lo había sido es que en un periódico que tiene más de un millón de lectores, ni uno solo de estos había dicho nada al respecto. No se había recibido ni una sola carta al director, ni un mensaje de protesta. Tampoco nadie dijo que habría que abrir una investigación penal contra los organizadores de esa manifestación que llevaban una pancarta en favor de ETA. De haber sido así, las asociaciones de víctimas y los grupos civiles que protestan por la violación de los derechos humanos en el País Vasco por parte de los terroristas y su entorno, lo habrían denunciado.
El Mundo nunca trató de decir que había una pancarta en favor de ETA. Yo al principio pensé que había sido una decisión de Edición de la sección política. Evidentemente, en esa fotografía que iba en páginas interiores, como la inmensa mayoría de los contenidos, yo no intervengo en cómo se ponga. Ni yo, ni ningún director.
Cuando surgió la polémica me enteré. Eso que podía haber sido perfectamente legítimo, no había sucedido. El fotógrafo había visto dentro de esas tres letras de la pancarta a Tasio Erkizia y había disparado.
No sé si habría sido una foto de Pulitzer, pero para estar finalista, sí. Era una buena toma con la que se contaba una historia: que los partidarios de ETA se habían manifestado en San Sebastián. Decía: Tasio, sabemos que tú eres de ETA.
Pastor: Otro tema polémico, es el del 15M. Tras la manifestación del día 15 de mayo había muchos medios que prácticamente no se hacían eco de ello, y para algunos lo que parecía importar más eran los altercados ocurridos en Madrid, con una minoría apenas significativa de toda la gente que se echó a las calles en el territorio nacional. ¿La noticia no debería haber sido aquellas miles de personas que protestaron pacíficamente en lugar de estas otras?
Pedro J: Ya no me acuerdo de cómo tratamos eso nosotros. No sé si dimos más importancia a los incidentes. Lo que puedo decir es que el 15M ha sido un movimiento que nos sorprendió a todos. Esa manifestación tuvo más seguimiento del que nadie se esperaba. Creo que desde ese momento ha recibido mucha atención en todos los medios, desde luego, en El Mundo, desde ángulos muy diversos. Queda la duda de cuál va a ser su evolución y hacia dónde va a ir orientado.
Asamblea del 15M en Valladolid bajo la lluvia.Imagen de archivo de Ruta 42.
Maje: Los medios han tomado a este respecto dos cauces informativos, por llamarlo de alguna forma, de quienes lo apoyaban y quienes estaban en contra. ¿Por qué ha habido esta separación?
Pedro J: Lo que me gustaría es que se pudiera decir que nuestro periódico no está a favor ni en contra, si no que trata de hacer justicia a estas cosas, en el sentido de reflejarlo con sus luces y sus sombras. Creo que nosotros hemos hecho un esfuerzo grande de acercamiento al fenómeno del 15M : hemos dedicado muchas páginas, muchos periodistas con distintos ángulos han hablado de ello, se han publicado columnas de opinión de muy diverso signo dentro del pluralismo del periódico... Hemos dicho que estamos muy de acuerdo con algunas cosas que pide y con otras, radicalmente en desacuerdo.
El Mundo está haciendo una cobertura matizada y ponderada, con un acercamiento muy cuidado y meticuloso de profundizar en el fenómeno.
Pastor: Se ha visto en algunos medios que parecía que intentaban denostarlo. Como periodista, ¿qué opinión le merece?
Pedro J: Pienso que hay aspectos del 15M denostables. En conjunto, no es así. Es un movimiento al que hay que seguir con interés. Comparto la mayor parte de las reivindicaciones relacionadas con la regeneración democrática y creo que está completamente equivocado en todas sus reivindicaciones económicas, a las que si se hiciera caso, nuestro país se iría al desastre. Acabaríamos en seguida como Grecia y luego ya veríamos.
Ilustración de Joseba Morales para uno de los editoriales de Ruta 42 sobre la JMJ y el 15M.
Maje: ¿Qué papel cree que ha tenido Twitter en ese torrente social de los últimos meses?
Pedro J: Yo soy un enamorado de Twitter. No solo eso, sino un amante que practica. He tirado con mis dedos más de doce mil tuits desde que abrí la cuenta en el mes de marzo de 2011. La gente no se lo cree, todos dicen que tengo un community manager o varios, pero os juro que lo hago yo, y no dejo de hacer el resto de mi trabajo.
Ahora estarán diciendo, “¿por qué no tuitea Pedro J.?”, pues porque estoy dándole una entrevista a los chicos de Ruta 42 y después tengo una reunión con todo el equipo directivo del periódico.
Lo bonito de Twitter es estar constantemente interactuando.
Pastor: ¿Y cuál es la validez de esta red para el periodista, tanto de emisión como de fuente informativa?
Pedro J: Yo escribí ese artículo sobre Alice in Twitterland. Reconozco que me convencieron de que entrara como herramienta instrumental, para utilizarlo como un altavoz de las cosas que hiciera el diario, tanto desde el debate político como de las iniciativas más estrictamente de marketing.
Me empecé a dar cuenta de que me daba cosas más valiosas que esas. Me da la oportunidad de relacionarme con miles de personas, de escuchar cuáles son los temas que les interesan, de ver cómo reaccionan ante las cosas que plantea.
Ese sueño de todo director de saber qué quieren los lectores está un poco menos lejos gracias a Twitter.
Maje: También ha servido como ventana a la realidad para aquellos acontecimientos que tienen lugar en otros sitios, como ha sido el caso de la Jornada Mundial de la Juventud para quienes no estábamos en Madrid y pudiésemos ver al momento lo que iba ocurriendo, a través de cuentas de periodistas, pero también de ciudadanos.
Pedro J: Claro, la colaboración entre estos puede dar frutos espectaculares, no solo en grandes acontecimientos. Este domingo se cayó un helicóptero en el Puerto de Santa María. Yo me enteré porque un tuitero me lo dijo. Lo que decía parecía tan inverosímil que antes de hacerme eco, llamé al periódico para que lo constatasen. Gracias a eso pudimos dar la noticia antes que otros medios. Las posibilidades son enormes.
Pastor: Y ya para terminar, ¿cree que tiene futuro el periodismo tal y cómo se concibe actualmente?
Pedro J: Desde el punto de vista intelectual, de búsqueda de la verdad, de esfuerzo por ayudar a entender lo que nos rodea, sin lugar a dudas.
También lo tiene el periodismo como una actividad organizada a través de un proyecto en una sociedad pluralista en el que haya muchas maneras de mirar e interpretar la realidad. Lo que necesita para poder llegar a esa edad de oro que pronostico tiene que reorganizar las relaciones y el modelo de negocio para adaptarse a las oportunidades, tanto desde el punto de vista del lenguaje como de las posibilidades de monetizar la labor, y a las exigencias de los nuevos soportes.
Esa es la clave y ahí hay un mundo desbordante de posibilidades.
Maje y Pastor: Muchas gracias.