Benito Pérez Galdós, don Benito, vuelve ser nuestro protagonista. Vamos ya por la tercera entrega de la primera serie de sus Episodios Nacionales, después de la lectura de Trafalgar y de La Corte de Carlos IV. Ya tan solo nos quedan cuarenta y tres. Y la tarea de esta lectura a largo plazo se presenta enormemente placentera. En esta ocasión, y así será a partir de ahora, he leído la edición de JdeJ Editores. Tienen la peculiaridad de ser facsímiles de la primera edición ilustrada de la obra, supervisada por el propio autor. La verdad es que esta edición ha supuesto un atractivo adicional de la lectura. La edición original de este tomo data de 1882 y, dado que la lengua española sufrió modificaciones posteriores a esta fecha de ortografía y acentuación, me he encontrado con la novela tal cual Galdós la escribió o con muy ligeras variaciones. Otro detalle que ha otorgado a la lectura un toque adicional de autenticidad. Pero además, las ilustraciones de D. Enrique y D. Arturo Mélida, como reza la portada, ayudan a situar la escena y el escenario y a caracterizar a los personajes. Todo esto junto con la magnífica prosa de don Benito han convertido esta lectura en todo un lujo, os lo aseguro. En El 19 de marzo y el 2 de mayo Galdós nos relata, con la maestría a la que nos tiene acostumbrados y la amenidad de la que sigue haciendo gala, los acontecimientos entre el motín de Aranjuez y el levantamiento de Madrid contra las tropas napoleónicas invasoras.
Por otro lado, ocupa sus páginas la intrahistoria, la vivida por las mujeres y hombres de a pie, ciudadanos que muchas veces de modo inconsciente y a trompicones, han ido construyendo esa historia. Y esa historia e intrahistoria viene además "aderezada" con las cuitas amorosas de Gabriel y su Inesilla, la "preciosilla" de su corazón. Creo que a cada episodio que leo más disfruto. Este título es, a decir verdad, con el que menos me he reído- aunque sí hay humor en dichos, decires, y principalmente en los personajes de Pujitos y Santurrias - y, a pesar de esto, es el que más me ha gustado, sobre todo por la completa construcción de los personajes: los dos ya mencionados y don Celestino, los Requejo,... La figura de Inés, sin embargo, como consecuencia probablemente de la época, sigue siendo una comparsa llevada de aquí para allá, con nulo poder para decidir sobre su vida.
Si tuviese que escoger algún aspecto concreto de la obra, me quedaría con las reflexiones sobre la incontrolable violencia de una plebe ignorante y manipulable y con la crítica de los vicios "nacionales"...
"Pujitos era español, y como es fácil comprender, tenia su poco de imaginacion, pues alguno de los granos de sal, pródigamente esparcidos por mano divina en esta tierra, habia de caer en su cerebro. No sabia leer, y tenia ese don particular, tambien español neto, que consiste en asimilarse fácilmente lo que se oye; pero exagerando ó trastornando de tal manera las ideas, que las repudiaria el mismo que por primera vez las echó al mundo."
"Sintiendo el auxilio de la ingratitud, la turba se envalentona.""Pero es de advertir que entre nosotros es muy común el intento de arreglar las más difíciles cuestiones mandando vivir ó morir á quien se nos antoja, y somos tan dados á los gritos, que repetidas veces hemos creido hacer con ellos alguna cosa."
¿Y el final? Pues el final pide que, más pronto que tarde, nos pongamos con el cuarto episodio. Bailén nos espera..."Era aquella la primera vez que veia al pueblo haciendo justicia por sí mismo, y desde entónces le aborrezco como juez."