(Esta es una reflexión para debatir con vosotros, previa a la tribuna mensual que escribo para la Revista Capital Humano y que se publicará el mes que viene. En ellal citaré los comentarios más interesantes, así como los blogs o las cuentas de twitter de sus autores.)
Uno de las mayores revoluciones que está provocando el mundo 2.0 en las organizaciones es la muerte del control. En la era 1.0 las empresas controlaban, o al menos lo podían intentar, lo que se hablaba púbicamente de su marca, lo que ocurría en internet, lo que los profesionales decían sobre la compañía, etc. Cuando alguien alzaba una voz discordante, lanzaban a sus departamentos legales al grito de “¡Ataca!” sofocando así casi cualquier agresión, ya fuera un artículo insidioso, una publicidad comparativa o manifiesto sindical.El social media ha acabado con estas prácticas, ya que ahora lanzar un ataque legal contra un blog o un grupo de una red social es de muy dudosos éxito, y además costosísimo, pero sobre todo ha asesinado el paradigma del control. El 2.0 ha abierto la caja de Pandora, liberando el control de todas las marcas, y porque no decirlo, su propiedad. Hoy cualquier persona puede hablar bien, mal o mediopensionista de una marca comercial, de una empresa o de una persona. Ya no podemos controlar lo que se habla de nosotros, incluso muchas veces lo que dice la propia empresa tiene me nos impacto que otras voces 2.0.En el ámbito de la gestión de personas, están empezando a proliferar los blogs anónimos elaborados por empleados, en los que se airean las vergüenzas de las organizaciones, se critican, con motivo o sin él, a sus directivos y las decisiones que toman, e incluso se hace pública información confidencial. Se dice que los rumores pueden acabar con una compañía, pues ahora la rumorología se ha armado hasta los dientes y puede ser más peligrosa que nunca, porque los comentarios internos pueden tener un impacto mundial.¿Cómo deben reaccionar las empresas ante este cambio de paradigma? ¿Qué pueden hacer ante este nuevo y poderoso canal de comunicación informal, interno pero con proyección pública, que ha surgido?¿Qué opináis?