El año comenzaba marcado por un horizonte cercano que a la larga se erigiría en la frontera donde comenzarían a cambiar las cosas: las elecciones municipales de mayo. Siempre acompañado de Jesús Rodríguez, decidimos traer al blog a los candidatos a la Alcaldía de Sevilla y hacer un seguimiento lo más cercano posible tanto de la campaña como del desarrollo de las elecciones.
Por aquí pasaron Antonio Rodrigo Torrijos, el candidato por Izquierda Unida, en una entrevista que le hicimos en su despacho de Teniente de Alcalde en la casa de Plaza Nueva. A Juan Espadas, el flamante candidato socialista, lo entrevistamos en la sede de Luis Montoto. A Pilar González, la candidata del Partido Andalucista, se la hicimos en su despacho de la sede de la calle Rastro y a Isabel Ceballos, candidata por UPyD, en la sede del Edificio Sevilla 2.
Ya en plena campaña cubrimos aquel debate sobre política y redes sociales que se celebró en las instalaciones del CREA con los tres candidatos de las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento, Espadas, Torrijos y Zoido. El encuentro fuer moderado por un magistral Luis Rull que consiguió desmontar a los candidatos con aquella histórica pregunta sobre cómo diferenciaban a un trol de alguien que difiere de tus opiniones. El debate de todas formas no logró colmar todas las expectativas que había levantado, aunque mereció la pena.
Informamos sobre el inicio de campaña de Juan Espadas, su intervención en el Foro Gaesco y diferentes actos que se fueron sucediendo a lo largo de la campaña electoral. Algunos de ellos organizados con los candidatos del Partido Andalucista e Izquierda Unida como protagonistas.
También reportamos con detalle el desarrollo de la Convención Municipal que el PSOE con muchos nervios celebró en Sevilla poco antes de las municipales. Por aquel entonces estaba en pleno apogeo el estallido del escándalo de los ERE falsos y aprovechamos la ocasión para preguntar al Consejero de Empleo de la Junta, Manuel Recio, al respecto.
El nombre del secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, estaba permanentemente en el candelero por este asunto y se vio obligado a ofrecer una rueda de prensa en la que no contestó a dos preguntas esenciales sobre las responsabilidades políticas y sobre si el gobierno andaluz había dado aprobación a la firma del convenio del 2001 con el IFA o fue una decisión de la propia Consejería. A día de hoy todavía no ha dimitido ni tampoco ha sido imputado en el caso. El volumen de la polémica hizo ensordecer el debate político de la campaña y cuando lo escribí en el blog los compañeros de ABC de Sevilla tuvieron el detalle de destacar el trabajo realizado.
Todos los partidos políticos centraron el grueso de su actividad en Sevilla y celebraron multitud de actos en la ciudad, lo que demostró que la Alcaldía de la ciudad hispalense de alguna manera marcaba la agenda de la campaña electoral. Cayo Lara, el coordinador nacional de Izquierda Unida también lo hizo, tras la celebración de las dos conferencias municipales de PP y PSOE y bajo a Sevilla para una manifestación contra el pensionazo acordado entre gobierno y sindicatos. Cuando lo entrevistamos se cabreó porque le preguntamos si no era una contradicción condenar el pacto social y pretender un clima de normalidad con los sindicatos. Pero es que resultaba demasiado llamativo ver una pancarta de CCOO tras la de apertura manifestándose en contra de la reforma que ellos mismos habían pactado. En opinión del dirigente de la formación de izquierdas, éramos nosotros quienes nos habíamos confundido de enemigos.
Ya por entonces, los sondeos que se iban haciendo públicos vaticinaba lo que al final iba a acabar produciéndose. Los eventuales de Tussam habían decidido acampar en Plaza Nueva en demanda de sus puestos de trabajo conquistados legítimamente en una oposiciones, un problema que el entonces equipo de gobierno de la ciudad no supo gestionar y acabó enquistado.
Fue el peor favor que le pudieron hacer sus propios compañeros al candidato socialista, cosa que se comprobó la larga noche de los resultados de las elecciones; el PSOE perdía la alcaldía de la ciudad con la mayor derrota electoral de su historia. Juan Ignacio Zoido, el candidato del Partido Popular, había conseguido una brumadora mayoría absoluta de veinte concejales y tomaba posesión del mando de la ciudad. Lo primero que hizo como Alcalde fue visitar el campamento de Plaza Nueva y convencer a los trabajadores de que regresaran a sus casas con su palabra de que se encargaría personalmente de resolver el problema. Estaba cantado y además cumplió.
En paralelo a aquella movida campaña electoral apareció como de la nada un movimiento ciudadano espontáneo que ocupó las calles de las ciudades en demanda de más democracia y participación de la ciudadanía: el 15-M. Las manifestaciones y concentraciones en la Plaza de la Encarnación, popularmente conocida como las setas, se sucedieron a lo largo de toda la campaña y se prolongaron después en diferentes actos hasta el día de hoy. Sólo el riguroso calor del verano en Sevilla logró amainar su ímpetu, que se volvió a retomar con la misma determinación cuando el clima lo permitió.
Como la primavera la sangre altera, para acompañar había surgido las revueltas árabes que tuvieron conmocionada a la opinión pública internacional. En pleno apogeo del conflicto en Libia, con la ONU autorizando el empleo de la fuerza armada para imponer una zona de exclusión aérea en su territorio, entrevistamos a Leonor Massanet, una española que viajaba frecuentemente a Libia y mantenía una postura beligerante con la intervención desde su blog e incluso defendía las políticas de Gadafi. Un punto de vista del conflicto completamente contrario al que difundían los medios de comunicación.
Y como si no fuera bastante la alergia que ya llevaba cargada en período primaveral, Carlos Arizaga, el ex gerente de Tussam, comenzó su particular caza contra mi persona mediante la apertura de un expediente disciplinario por las informaciones que publicaba en este blog. El tipo pretendía sancionarme con nueve meses de empleo y sueldo, cosa que al final no sucedió gracias al cambio en el equipo de gobierno en la ciudad y a su cese al frente de Tussam. Todavía hoy tengo muestras de agradecimiento para todos aquellos que me mostraron su solidaridad y apoyo. Hay cosas que no terminan de agradecerse nunca. Nunca pretendí ser yo la noticia.
Entre los tambaleos de mi situación en la empresa que me da de comer, conseguimos entrevistar a Luis Ángel Hierro, un tipo que tuvo la osadía de pretender enfrentarse a Rubalcaba en primarias por ser el candidato socialista en las generales. Además publicamos uno de los trabajos de los que más orgulloso me siento: La batalla por la redención de los nombres, un reportaje sobre la memoria histórica y la búsqueda de familiares desaparecidos durante la guerra civil y la represión que la sucedió después, que se publicó en Periodismo Humano. Algo en lo que todavía estamos trabajando y de lo que esperamos reportar en breve.
Y, como quien no quiere la cosa y con algún encuentro de redes sociales de por medio, nos metimos de lleno en la campaña electoral de las elecciones generales de noviembre. Como últimamente viene siendo demasiado habitual, la cosa arrancó en Sevilla con un acto organizado por el PSOE para lanzar a Rubalcaba en el Hotel Barceló. Después organizaron otra conferencia política que dio bastante juego y se lanzaron de lleno a la campaña electoral. y nosotros continuamos con las entrevistas a los candidatos al Congreso de los Diputados por Sevilla.iones generales de noviembr
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Se organizaron encuentros con tuiteros, antes y después de las elecciones, y nosotros continuamos con las entrevistas a los candidatos al Congreso de los Diputados por Sevilla. Por aquí pasaron, Manuel López Ogayar, de UPyD, Esteban de Manuel, de Equo, y Fernando Álvarez-Ossorio, del PA. Como es obvio, no conseguimos entrevistar ni a Alfonso Guerra, del PSOE, ni a Cristóbal Montoro, del PP, a pesar de que lo intentamos. Sí pudimos cubrir un interesante debate a seis bandas que organizo el periódico on line Sevilla Actualidad.
Como era de esperar, las manifestaciones y actos del 15-M acompañaron a los soliloquios de la campaña. Reconozco que se nos quedó atrás preguntar a algunos de sus integrantes cómo se les quedó el cuerpo tras conocerse los resultados que empujaron al Partido Popular a la victoria más aplastante de la historia de la democracia. Pero supongo que tendremos ocasión de hacerlo en campañas venideras.
Como para todo hay gustos y colores, la espectacular derrota sirvió a los socialistas sevillanos y andaluces para aferrarse a una vaga esperanza de recuperación de cara a las autonómicas del año que comienza. Yo no lo tengo tan claro, pero de todas formas ahí estaremos para contarlo si nada nos lo impide. Porque el año que estrenamos esta noche os prometo que habrá más.