Suena tópico pero es cierto: “el tiempo vuela”. Hace apenas unos días estábamos esperando las vacaciones de verano y ahora ya hemos entrado en el otoño. Ya empieza a hablarse del invierno, de la Navidad y de un nuevo año que empezará.
En el trabajo ya hemos preparado los presupuestos para el 2012 en cuanto a gastos, personal y servicios. Y es que, aunque no nos demos cuenta, el nuevo año está a la vuelta de la esquina y no hace falta mirar las poquitas páginas que le quedan al calendario de 2011 para ser conscientes de ello… Curioso, también, el hecho de vivir siempre pendientes de un almanaque que nos recuerde en qué día vivimos y qué tareas nos toca hacer. Pensándolo fríamente, ¿quién no tiene un calendario, una agenda o un dietario en su hogar, su oficina, su trabajo o su mesa? Este hecho es aprovechado por muchas empresas para elegir con qué artículo promocional acabar y empezar un nuevo año: un calendario. No hace falta pensar en grandes multinacionales, sino que la tienda de la esquina, sea la frutería o la panadería, probablemente ya esté pensando qué calendario va a elegir este año para sus clientes. Puede parecer algo sencillo pero, al haber cada vez más variedad, no lo es. Por un lado están los calendarios perpetuos, que pueden facilitar la tarea y así evitar que cada año se tenga que estar pendiente de uno nuevo. Sin embargo, no suelen usarse con mucha frecuencia. Aunque, si una empresa quiere ser original, ¿por qué no elige un práctico calendario perpetuo para que sus clientes lo tengan encima de la mesa, siempre a mano? Se puede personalizar con el logo o imagen y … ¡listo!. Aunque, claro, el año que viene deberá elegir otro artículo publicitario para iniciar el 2013… Pero bueno, paso a paso…
De todos modos, para los más tradicionales, como solemos ser la mayoría, están los calendarios para cada año. Y este 2012 no va a ser una excepción... En cuanto a calendarios 2012, la oferta vuelve a ser muy amplia. Los calendarios de sobremesa, con los que jugar en cuanto a tamaño, y los calendarios de pared suelen ser los más habituales. Estos últimos brindan mucho juego: los hay mensuales, con vista de tres meses e incluso los que muestran el año completo… y todo en distintos tamaños y materiales.
Hace unos días me enseñaron uno llamado calendario pergamino realmente original. Muestra una imagen, clásica y tradicional, en un material de papel que simula el deterioro de los años… como un auténtico pergamino. Este mismo diseño también me lo mostraron en calendarios de madera, un almanaque de pared fabricado con pequeñas láminas de madera. Realmente, difícil la elección.
Tras esto, y casi de la mano, surge el tema de las agendas y los dietarios. ¿Con anillas o sin ellas, grandes o pequeñas, para sobremesa o para llevar en el bolso, quizás tipo dietario con una página para cada día o mejor con una vista semana, elegante de piel, con bolígrafo y compartimentos, con…? La oferta también es amplia y variada…
La ventaja de todo este abanico de alternativas es que permite a cada tipo de empresa, a cada tipo de negocios, adaptarse a las necesidades de sus clientes e incluso tener un par o tres modelos para personalizar aún más su artículo de empresa.
No siempre se pone al alcance de la mano de una empresa la posibilidad de que un cliente, ya sea consolidado o potencial, reciba su mensaje cada día, festivos y laborables, durante todo un año… ¿Quizás valdría la pena aprovecharla? Probablemente, si no lo haces tú, lo hará otro…