Finalmente este año todo se dió para que fuera el destino elegido para comenzar un largo viaje de un mes y gracias a ello pude disfrutar del fado, los azulejos más bellos que jamás haya visto, su historia cargada de reyes, marquesas y príncipes, su gente tan particular, los desayunos con bolhos de crema pastelera y la indescriptible ginja que noche tras noche me tomé acompañada por un café en el Café A Brasileira en compañía de la imagen de Pessoa.
Así transcurrió este 2013. En este fin de año quiero agradecer a todos y a cada uno de los que hicieron posibles que este fuera un año lleno de recuerdos, anécdotas y una buena cantidad de experiencias que se agolparon para tomar vida al otro lado del teclado. Gracias a mis compañeros de la Red ViajAr por compartir el amor por los viajes y por fortalecer los vínculos que, por momentos, nos hace sentir como una familia. Gracias a los lectores que día a día llegan al blog y aumentan las ganas de seguir viajando cuando dejan sus comentarios o cuando se hacen visibles en los encuentros y nos podemos dar ese abrazo que rompe con la frialdad de la pantalla.
Ojalá que este 2014 traiga salud, paz y viajes para todos... Que nadie nos quite las ganas ni la posibilidad de viajar. En lo que a mí respecta, tengo una amiga que está esperando ser alimentada. Y así lo haremos...