Los ojos miran los ojos del espejo
y alguien lo observa en silencio.
¿De quién son esos ojos? No
los ojos que se ven en el espejo.
Ni tampoco los ojos que miran a esos ojos.
Los ojos del que observa
en silencio.
El dueño del secreto.
(Le llamaban Trinidad)
Imagen superior: panel de la exposición «Microvida. Más allá del ojo humano», de Rubén Duro.