El 41,8% del alumnado de los Institutos de Secundaria de la Comunidad de Madrid está totalmente de acuerdo (12%) o algo de acuerdo (29,9%) en que el profesorado hace poco o nada si alguien insulta a un alumno o alumna que es o parece LGTB. Por su parte, un 27,4% se muestra algo en desacuerdo y sólo un 30,8% totalmente en desacuerdo con esta afirmación.
Estos resultados provienen de 5.272 encuestas realizadas por COGAM a los estudiantes que han participado en el programa de charlas-talleres “Expulsemos la Homofobia de los Centros de Enseñanza”, subvencionado por el Ministerio de Sanidad y Política Social, a través del programa Red Educación de la FELGTB, en 37 Institutos de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid, durante el curso 2012-13. El estudio completo, “Homofobia en las Aulas: ¿Educamos en la Diversidad Afectivo-Sexual?”, será publicado a finales de 2013.
Las consecuencias de la falta de intervención del profesorado son graves ya que refuerza el comportamiento homofóbico del agresor y reduce la confianza en sí mismo del alumno LGTB agredido verbalmente en presencia del resto de sus compañeros, que se va a ver afectado en su desarrollo emocional y potencial académico. Así mismo, si el profesorado no interviene, se traslada la idea al conjunto del aula de que esos insultos son socialmente aceptables y no tienen mayor importancia, pese a tener un componente discriminatorio.
El profesorado debe tomar conciencia que los insultos y bromas homófobas que presencia en las clases que imparte, son sólo la punta del iceberg del acoso homófobo continuado que ese alumno puede estar recibiendo en otras asignaturas y espacios del instituto menos visibles como habitualmente son; vestuarios, baños, pasillos, o el recreo. Por el contrario, cuando el profesorado reacciona está trasladando la idea al alumnado de que el Instituto no respalda ni acepta estos comportamientos. Debe entenderse como parte de su labor educativa.
No obstante, no se debe cargar toda la responsabilidad en el profesorado apelando a su conciencia individual, es una labor conjunta de la Comunidad Educativa.
“Es necesario, que los Equipos Directivos, apoyados por la Administración, incorporen la diversidad afectivo-sexual y la intervención contra el acoso homófobo, y que se sensibilice a todo el equipo docente sobre la necesidad de ello” ha afirmado Ángel Lázaro Vocal de Educación de COGAM.
En la actualidad, son muy pocos los centros de Secundaria con protocolos de intervención programada para la educación en la diversidad afectivo-sexual y la prevención del acoso escolar homofóbico.
Nota de Prensa COGAM