El resumen es claro. La dirección socialista se ha alejado de sus bases y se ha acercado peligrosamente al PP, habiendo cedido a ser la oposición y dando un paso cercano a la gran coalición.Porque, ¿qué dirán cuando el PP necesiten de su apoyo para aprobar presupuestos, recortes, impunidades, y otras cuestiones de gobierno? cuando su argumento para darle el gobierno a Rajoy y sus secuaces ha sido no parar el país. ¿Lo pararán cuando el gobierno del PP necesite de su ayuda? Difícilmente, esto llevaría a Rajoy ante la imposibilidad de gobernar, a convocar nuevas elecciones forzado, y la responsabilidad recaerá otra vez en el PSOE, que además deberá enfrentar lo que más temían unas nuevas elecciones.
Ahora queda ver cómo construyen esta abstención. Si será una abstención técnica (once votos a favor del PP y el resto votaría NO) o una votación en conciencia (puesto que la votación unánime no es posible, ya que varios diputados han afirmado que votarán en contra). En ambos casos, ocurra lo que ocurra, el día de la votación será recordado en la historia política de este país como una astracanada de primera magnitud que reflejará la división del partido socialista.
Sólo queda esperar que los militantes socialistas sean capaces de hacer pagar a esta dirección el tremendo daño que han hecho a su partido. El único dueño del partido socialista, como en otros partidos, es su militancia, a la que han obviado por no plegarse a su criterio.
Lamentablemente, hoy, en Génova hay fiesta mayor. Se han salido con la suya. Han comprado la voluntad del PSOE a precio de saldo, y todo ello debido a los errores cometidos por todos esos barones y viejos cargos socialistas que han urdido una trama muy parecida a un golpe de Estado, puesto que se han pasado la voluntad de los militantes por el arco del triunfo, retorciéndola hasta convertirla en lo opuesto.
Salud y República