El “horror” que puede llegar por unos continentes con exceso de contenido

Publicado el 21 diciembre 2017 por Solitarios Invisibles @belzinvisible

África se contrae y se desliga poco a poco de una humanidad ya admitida como segregada, desgastada, populosa, joven y ajada, viajera y separada por mares y alambradas y por la necesidad que llega a convertirse en una demencia compartida para llegar maltrecha y con aires de revancha, irremediablemente al mismo punto de partida de su fugaz salida, con la diferencia de hacerlo en otros continentes, y en muchos casos por el requisito inapreciable y obligado de conquistar lo que supondrían los milagros soñados, que no fueron bendecidos mucho antes para liberar el precio del hambre, asumiendo así una nueva esclavitud con el mecenazgo del derecho universal de una equidistante acogida, que se cierra a las multitudes que emprenden camino a un punto de bienestar.

, lejos de consolidarse en un proyecto común, se manifiesta abierta a dar albergue y cobijo subvencionado a los que llegan, pero es incapaz de atender sus propias necesidades en un inalcanzable e indefinido estado de bienestar, lo que está creando malestar al aumentarse los impuestos que soportarán todo lo social y un pleno empleo que jamás llegará.

Asia permanece inamovible, secreta, oculta, recibiendo tecnología, investigando las ideas y reclutando operarios para lograr que lo transversal de sus triángulos de producción no se vean afectados, mientras reine la ambición, el gusto por la constante innovación, toda vez que ata los salarios ajustados a un progreso moderado para convertirse en el gran bazar del mundo, impidiendo que otros núcleos de intromisión se marquen con lo que ellos entienden como una desnaturalizada migración, lo que hace que se decanten para que los excedentes sean ayudados para convertirse en distribuidores de sus productos allí donde los cupos les sean favorables para no llamar excesivamente la atención de su presencia.

América

se ha convertido en un continente de invitaciones y promesas, ambicionado por un entorno de influencias "extranjeras" que buscan el último reducto, quizá la última frontera, para defenderse de la ineficacia que ejercen quienes desean darle la vuelta al mundo sin el astrolabio que fije el rumbo perfecto.

Y el planeta Tierra sigue en queja

El globo terráqueo está raro, y los ríos descontrolados de la impaciencia desmedida y la ambición ilimitada, impiden sostener puentes que se mantengan firmes para el cruce de un Rubicón de oro y plata, cobre y coltan, mientras las atalayas se derrumban y los volcanes de la desconfianza disparan sus catapultas de un fuego desconocido, protegiéndose las ciudades con cúpulas agujereadas que no pueden impedir ser sepultadas por las cenizas, por no haber sabido antes combatir el caos de la desproporción en el reparto del oxígeno necesario para seguir viviendo, sin carencias, con respeto, humildad y unos mínimos de dignidad social.

La sostenibilidad del medio ambiente no puede caer en un limbo cromático, cosechando imágenes de etnias olvidadas en parques lejanos, figuras de guerreros indómitos de fotomatón, promovidas en una acción publicitaria para decir que algo se está haciendo, en un encuentro de rechazadas iniciativas por buscar a los protagonistas que defienden la naturaleza en un documental financiado por una multinacional farmacéutica, por una petrolera o una minería, que lo único que desea es justificar su presencia con una lata de refresco en la puerta del cuartel custodiado de su inmensa producción.

cuando hace mención al río de la vida y de la muerte, si no llegamos a tiempo, únicamente, y después de muchas penurias y lamentos, podemos encontrarnos cada vez más cerca del horror, añadiendo por el inmoviilismo de todos más horror, el horror.. el horror.