El 90% españoles prefiere ir de vacaciones con su perro

Por Turismoymas

Y es que hasta 9 de cada 10 españoles prefieren ir de vacaciones con su perro en lugar de hacerlo solos. Algo que no nos extraña si tenemos en cuenta que el perro es nuestra mascota preferida (frente al resto de Europa, donde salen ganando los mininos). En cuanto al medio de transporte favorito, el 85% se decanta por el coche frente a otros como el tren o el avión, cuyos adeptos se reducen al 11,4% y al 3% respectivamente.

En esta decisión intervienen varios factores: el desconocimiento de los usuarios y las restricciones de las compañías de transporte. Por ejemplo, la propia Renfe circunscribe su servicio a las mascotas de menos de 10 kilos. En los trenes de larga distancia, además, es necesario comprar un billete para ellas. Las limitaciones que encontramos en las aerolíneas son similares, aunque varían según la entidad. En el caso de los autobuses, la mayoría acota su traslado al maletero.

El 32% deja al animal suelto dentro del coche

Sin embargo y aunque el coche es el gran favorito, son muchos los dueños los que no transportan a su perro adecuadamente. Según los datos de Acierto.com, hasta el 32% lo deja suelto dentro del habitáculo, con los peligros que eso implica. El 4% admite hacerlo siempre, mientras que el 28% restante apunta a que solo actúa de esta manera ocasionalmente. Por sexos, los hombres llevan sueltos a sus mascotas con mayor frecuencia; en concreto, un 23% más que las mujeres.

¿El resultado? Que hasta 1 de cada 4 conductores afirman haberse distraído por su mascota. Las cifras cobran todavía más importancia si tenemos en cuenta que más de la mitad de estos conductores –concretamente, el 59,4%– tienen hijos. Por desgracia, la combinación de niño y perro suelto en los asientos traseros podría incrementar el riesgo de sufrir un descuido durante la marcha y, por tanto, de verse inmerso en un accidente.

Además, no podemos perder de vista que, si se produce una colisión frontal, la deceleración hace que el peso de esta (en este caso, de nuestro perro), se multiplique por entre 20 o 30. «Es decir, en un choque de este tipo a 50 kilómetros por hora, un perro de 10 kilos supondría una masa de colisión de unos 200 o 300 kilos. Algo que podría ocasionar daños más graves de lo que a priori podríamos pensar», explica Carlos Brüggemann, cofundador de Acierto. El experto también apunta a sus posibles lesiones de los animales pues, por regla general, las aseguradoras no los consideran como «ocupantes del vehículo». Sin embargo, existen pólizas específicas para cubrir los gastos del veterinario y que incluso contemplan indemnizaciones por accidente o defunción.

Cómo viajar en coche con nuestra mascota

«La forma más recomendable de transportar a nuestra mascota en coche es hacerlo en el asiento trasero, combinando el transportín con la rejilla divisoria», recuerda Carlos. «No obstante, el actual Reglamento General de Circulación no recoge explícitamente cómo deben viajar las mascotas, sino que indica que tanto los objetos como los animales transportados deberán estar colocados adecuadamente para no interferir con el conductor», incide.

En cualquier caso, existen otras claves para viajar seguros con ellos. Lo primero será llevarle al veterinario para asegurarnos de que el animal se encuentra en las condiciones óptimas para afrontar un viaje.

La información será otro punto fundamental. Esto atañe al medio de transporte, al destino, etcétera. Una buena idea sería, entre otros, elegir un destino pet friendly o un hotel específico que admita perros. También es importante saber que no deberíamos darle de comer las dos horas previas al desplazamiento para evitar mareos. Llevar juguetes u objetos que huelan a él es recomendable, así como contar con un empapador y provisiones.

Elegir un transportín en el que se encuentre bien y acostumbrarle a él es otro punto importante (si nos decantamos por este sistema). Así como fijar descansos y tomar precauciones a la hora de aparcar cuando nos detengamos. Si lo hacemos en una vía de servicio, deberemos tener a nuestra mascota controlada antes de abrir las puertas, ya que podría salir del vehículo disparada. Y aunque la parada vaya a ser corta, no deberemos dejarle nunca solo en el interior del vehículo. Ni siquiera con el aire acondicionado puesto.