En 1628 comenzó su apostolado en Peine, Hildesheim, siendo un excepcional predicador. Eran los tiempos de la Contrarreforma católica y Friedrich fue activísimo devolviendo a los herejes al seno de la iglesia católica. En solo un año convirtió a la fe a nada menos que 26 pueblos enteros, devolviendo al culto católico las parroquias arrebatadas y dejando en cada sitio laicos sólidamente formados. Por supuesto, los luteranos no quedaron impasibles ante su acción pastoral, y después de las calumnias, las amenazas y las trabas, en 1629 intentaron asesinarle en Woltorf. Casi muere mártir el buen apóstol, pero se recuperó de las heridas y en 1630 le trasladaron nuevamente a Paderborn, donde comenzó a impartir Teología Moral.
El celo de Friedrich se encaminó entonces al asunto de las brujas y las condenas, aunque en su caso, se decantó por la prudencia con que se debía tratar el tema. Trató con muchas acusadas de brujería, escuchó razones, rezó y analizó muchos juicios, para finalmente abogar por la eliminación de tales juicios, debido a los excesos, las pocas pruebas y las supersticiones que, en el fondo, se alentaban al dar por bruja a cualquier mujer sospechosa. En 1631, mientras impartía Teología Moral en Colonia escribió su "Cautio Criminalis", una obra contra los juicios de brujas, dejando mal parados a los jesuitas que, sin prudencia estaban entregados a ellos. Su error estuvo en que no presentó la obra al juicio de sus superiores jesuitas, como mandan las Constituciones de la Compañía, sino que lo dio a leer a un amigo, quien lo publicó por su cuenta.
Friedrich defiende
a una "bruja"
En este ciudad destacó por las innumerables horas que empleó en el confesonario, por sus encendidas predicaciones y su acción caritativa, especialmente en la epidemia de tifus de 1635. Este mal también lo llevaría al paraíso, el 7 de agosto del mismo año.
Fue sepultado en la iglesia de los jesuitas de Tréveris, y su sepultura se perdió con el tiempo, siendo halladas sus reliquias en 1980. Se le sepultó en la capilla del colegio. El proceso de canonización se abrió en el siglo XX y sigue su curso.
Fuente:
A 7 de agosto además se celebra a:
San Cayetano,
presbítero y fundador.
San Alberto de Sicilia,
presbítero carmelita.
Santa Claudia
de Roma, viuda.