Se ha establecido gracias a investigaciones de la Universidad de Granada, que da a conocer que ambos ingredientes, administrados de forma no simultánea durante el embarazo, tiene efectos positivos sobre la atención en el niño a los 8,5 años. Esto es la mejora de las funciones ejecutivas (capacidad de resolución del conflicto), la alerta y la orientación.
Si bien esto efectos disminuyeron cuando el ácido fólico se simultáneo con el aceite de pescado Omega 3. Es decir que, cuando se toman juntos, pueden neutralizar los efectos beneficiosos sobre este dominio cerebral, que quedaría programado durante la vida fetal.
El estudio también demuestra que las concentraciones y proporción de Omega 3 y Omega 6 en el cordón umbilical son también muy importantes para la velocidad de procesamiento y la alerta en los niños 8,5 años más tarde. Y es que el cerebro humano es realmente susceptible, y pueden dejar secuelas a largo plazo, además de poder influir en el desarrollo cognitivo de los más pequeños.
En este estudio se dieron al azar suplementos alimentarios conteniendo aceite de pescado y/o ácido fólico a varias futuras madres, y posteriormente, cuando dieron a luz, estos hijos se han podido evaluar continuamente durante diez años. El resultado lo hemos comentado, claras ventajas en la atención de funciones ejecutivas en los niños, pero se observó que este efecto bajó cuando lo tomaron junto al Omega 3.
Estos estudios deben acabar de verificarse junto a otros para dar con conclusiones realmente importantes en el funcionamiento del cerebro de los fetos, pues ello podría influenciar en el área del córtex prefrontal que regula esta función ejecutiva. Los nuevos estudios son necesarios para saber qué cantidad de dosis de ácidos grasos y ácido fólico se necesitan tomar durante el embarazo.
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