El ácido fólico y el embarazo

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

El embarazo es una etapa en la que la mujer va a requerir de grandes dosis de vitaminas, minerales y nutrientes que permitan al bebé en crecimiento desarrollarse adecuadamente y que a su vez eviten problemas en la madre causados por la carencia de alguna de estas sustancias.

En las sociedades desarrolladas la alimentación que se lleva suele ser suficiente para que no sea necesario un aporte vitamínico extra, siempre que la madre coma con normalidad.

Pero hay una sustancia en la que todos los médicos hacen hincapié y recomiendan aumentar su consumo, se trata del ácido fólico.

¿Qué es el ácido fólico?

Es una vitamina hidrosoluble del complejo de vitaminas B que sirve para la formación de proteínas y glóbulos rojos, en general es muy extraña su insuficiencia en las personas, por lo que no es necesaria ingerirla diariamente. Aunque hay una excepción, el embarazo.

Si por cualquier causa, normalmente una mala alimentación hay carencia de ácido fólico no pasa nada, mientras no se trate de una mujer embarazada. En este caso la carencia sí es importante ya que la vitamina previene deformaciones en la placenta, que podrían causar un aborto, y defectos de nacimiento en el cerebro y la columna vertebral. Por eso, dado que no hay síntomas que indiquen una falta de ácido fólico, todas las mujeres que deseen quedarse en estado deben empezar a tomarlo, con tal de prevenir estos problemas.

La vitamina se debe tomar necesariamente una vez se está embarazada, especialmente durante los primeros tres meses, que es cuando se forman todos los órganos del bebé y por tanto el riesgo es mayor. Si el organismo del bebé no tiene la cantidad suficiente se producen defectos en el cerebro que provocarían problemas de aprendizaje además de otras complicaciones como bajo peso al nacer, anemia o nacimiento prematuro.

Consecuencias de un déficit de ácido fólico en el embarazo

Pero una de las consecuencias más graves y conocidas de la falta de ácido fólico es la que tiene que ver con defectos en la columna vertebral por el mal cierre del tubo neural caudal y que provoca la denominada espina bífida. Este defecto de nacimiento puede producir parálisis en la parte inferior del cuerpo y falta de control del intestino y la vejiga.

Dado que estamos hablando de malformaciones que no tienen solución es vital la prevención y por lo tanto la ingesta de ácido fólico en cantidad suficiente. La vitamina se encuentra en verduras de hoja verde, legumbres o frutos secos, por lo tanto si la mujer lleva una dieta sana y equilibrada lo normal es que cuente con la cantidad de ácido suficiente, y no debería preocuparse ante un embarazo inesperado. Pese a todo, una vez embarazada lo mejor es complementar la dieta con aportes extra de ácido fólico, en los tres primeros meses. Después sigue siendo importante pero ya no es tan determinante por lo que se pueden tomar un complemento rico en otras sustancias y que rebaje un tanto la cantidad de ácido fólico, ya que, aunque no hay un nivel tóxico de esta vitamina, algunos estudios han relacionado el exceso de este ácido en el último trimestre con la presencia de asma en los bebés.