Numerosa es la gente que vive del mundo del espectáculo: Cantantes, actores, magos y payasos entre otros; cuesta a veces, encontrar cual es la especialidad de cada uno de ellos, porque existen magníficos actores que cantan bien y viceversa, y toreros que juegan estupendamente al fútbol. Personalmente, y tratándose de un individuo que actuó sobre todo en comedias, no le vendría mal encuadrarlo dentro de los payasos –con perdón para los auténticos payasos- por su peculiar modo de conjugar la vida profesional y personal.
Uno ni entra ni sale en la cuestión sobre el acercamiento de los presos de ETA, pero sí entiende que no se deban aplicar gratuitamente beneficios penitenciarios a asesinos que no los merecen. De otro lado, se puede percibir la catadura moral de este sujeto: Es estupendo que se defina de izquierdas, y tiene por ello todos mis respetos; pero alinearse con quienes imponen sus ideas a tiro limpio, me parece una forma poco sutil de demagogia, una dictadura del miedo, una imposición de las ideas y un totalitarismo inadmisibles. Si ese es el perfil de quienes se autodefinen como progresistas, dios nos coja confesados.