La necesidad de promover un cambio hacia un nuevo modelo energético se está convirtiendo en un debate social que cada día cobra más fuerza. Pero… ¿por qué? ¿Qué deficiencias acusa el actual? Trataremos de responderemos a estas preguntas en este artículo para plantear en el próximo las alternativas de las que disponemos.
La energía es un bien de primera necesidad indispensable para el desarrollo social y económico de todas las naciones. Y esta característica le confiere tanto poder que su control y administración es hoy la principal causa de conflictos internacionales.
Actual modelo energético
Hemos basado nuestro desarrollo en un modelo energético que no puede mantenerse en el tiempo porque:
- Es insostenible. Se basa en recursos energéticos finitos.
- Es nocivo. El uso de estos recursos y los residuos que generan afectan negativamente al equilibrio medioambiental del planeta y a los ecosistemas que lo conforman.
- Es injusto. El dominio de los recursos y la centralización de la producción permiten la concentración de poder y el control de la población.
- Es maligno. El acceso a los recursos es la primera causa de guerras y conflictos internacionales.
- Es inestable. La volatilidad en los precios de los recursos influye de forma directa en las economías y desarrollo de las naciones.
- Es dependiente. La localización de los recursos supedita las políticas económicas de los Estados.
- Es arriesgado. La subordinación y sumisión a los países que aglutinan los recursos obliga a tomar decisiones geopolíticas perniciosas para la base social de las naciones dependientes.
- Está centralizado. La concentración de la actividad de producción energética es uno de los pilares de control de la población.
- No es democrático. Debido a la concentración de poder, pocas empresas y lobbies toman todas las decisiones unilateralmente defendiendo únicamente sus propios intereses.
- No es equitativo. La falta de equilibrio de la balanza de poder acrecienta las diferencias entre países, y también entre individuos dentro de una misma sociedad.
¿Cómo cambiar entonces las cosas? Impliquémonos en el cambio hacia un nuevo modelo energético