Miles de empresas que operan en España, ante el acuerdo firmado con Bildu para derogar las leyes laborales vigentes y encarecer seriamente el despido, han decidido reducir sus plantillas de manera drástica o trasladarse a otros países con mayor seguridad jurídica, antes de que los locos del gobierno cambien las condiciones del empleo.
A pesar de la rapidez con que se intentó corregir el error emitiendo un desmentido en horas de la madrugada, el daño ya estaba hecho y la inseguridad y el pánico permanecen instalados entre los empresarios, que han reaccionado planificando despidos en masa.
Cientos de miles de españoles perderán su empleo por causa de la imbecilidad del gobierno, que sale seriamente "tocado" y "dividido" de este episodio de torpeza suicida, con la parte socialista diciendo que el acuerdo no tiene valor y con sus socios comunistas asegurando que lo firmado tiene vigencia y que la reforma laboral será realizada.
La gran conclusión que se extiende por todo el país, incluso en ambientes socialistas y entre los medios de prensa que apoyan al gobierno es que la imbecilidad de Pedro Sánchez y la locura irresponsable de Pablo Iglesias están aniquilando la prosperidad, la convivencia y el futuro de España.
Hay una corriente de auténtico pánico desatada en el mundo empresarial ante la inseguridad jurídica y el miedo a que España, gobernada por irresponsables que ni siquiera saben que es y como funciona una empresa, se endurezcan las condiciones laborales hasta el punto de que se dupliquen los costes que representan para las empresas expulsar a un trabajador.
El esperpento y el atentado perpetrado por el gobierno es de tal calado que al querer acabar con los empleos precarios han encontrado la manera de eliminar los empleos existentes.
El gobierno está lleno de dementes, ineptos y suicidas que no saben que es una empresa y que creen que es el Estado el que produce la riqueza en las naciones.
La credibilidad del gobierno, que ya era escasa en España y el resto del mundo, se ha hundido hasta el fondo del foso.
Algunas empresas multinacionales presentes en España, tras el incidente del acuerdo con el partido vasco pro terrorista BILDU, no cesan de enviar señales de alarma a sus matrices, advirtiéndoles que, en manos de los insensatos Sánchez e Iglesias, España puede estallar y regresar al medievo.
Es como si después de provocar la muerte de miles de españoles por su negligencia y pésima gestión de la economía, el dúo gobernante Pedro-Pablo se propusiera ahora acabar también con lo que queda en pié.
Un empresario sevillano dueño de una pyme con 62 trabajadores, lleno de miedo ante los cambios que se avecinan en los contratos laborales, me decía ayer que ha decidido reducir su empresa y que antes de octubre se quedara con menos de diez empleados. Y agregaba: “a este Pedro Sanchez, además de echarlo, hay que meterlo en la cárcel por todo el daño que está haciendo a España".
Los españoles, ante la gravedad de este asunto, se preguntan sorprendidos como es posible que el rey, las Fuerzas Armadas, la Justicia y otras instituciones defensivas del Estado no actúan con urgencia para expulsar del poder a estos locos y sustituirlos por personas decentes y cuerdas, mientras se celebran nuevas elecciones.
Francisco Rubiales